Los asturianos tienen una presión fiscal muy por encima de la media nacional, según recoge el informe que pretende evaluar la equidad del gasto público en España que acaba de presentar el Ministerio de Hacienda y que ha sido elaborado por la Dirección General de Presupuestos con la colaboración, entre otros, del economista asturiano Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
"En Asturias se pagan más impuestos por habitante que en España en su conjunto", recoge el informe de Hacienda con los resultados de las cuentas territorializadas correspondientes a 2014. Estas estadísticas son las "herederas" de las balanzas fiscales que el independentismo catalán ha utilizado durante años para denunciar un supuesto trato discriminatorio en los fondos que recibe del Estado.
El estudio precisa que la contrapartida para Asturias consiste en "un saldo muy favorable en el apartado de protección social que refleja tanto el acusado envejecimiento de su población como la gran incidencia de las prejubilaciones mineras e industriales pactadas durante el proceso de reconversión". El estudio encargado por Hacienda sitúa a Canarias en el extremo opuesto ya que tiene una presión fiscal muy inferior a la media, gracias a su régimen fiscal por insularidad, pero cuenta con un nivel de gasto por habitante inferior a la media, "en buena parte gracias al bajo gasto en pensiones que permite una población muy joven".
Un gráfico incluido en ese informe (el reproducido sobre estas líneas) marca las diferencias existentes en la distribución de recursos públicos en España. "Esta recta resume lo que cabría considerar la relación "normal" entre renta per cápita y el saldo fiscal agregado en las comunidades autónomas. Como cabría esperar, el saldo fiscal tiende a empeorar según aumenta la renta per cápita, de forma que los territorios más ricos generalmente presentan déficits fiscales mientras que los de menor renta suelen disfrutar de superávits", plantea el informe de Hacienda que, no obstante, reconoce "algunas excepciones": El País Vasco, Navarra y Aragón registran un superávit fiscal pese a estar entre los territorios más ricos del país mientras que Valencia "tiene un ligero déficit aunque su PIB per cápita es inferior al promedio nacional".
En este gráfico, el eje horizontal mide el PIB por habitante de cada región, que sitúa a Asturias como la sexta autonomía más pobre sin contar a Ceuta y Melilla; mientras que el eje vertical mide el saldo fiscal per cápita, es decir la diferencia entre la cantidad que cada autonomía recibe de gasto público y la que recauda en una hipotética caja común del Estado. Asturias figura en el cuadrante de las receptoras netas (superior izquierdo) mientras que las más ricas, pagadoras netas, son Madrid, Cataluña y Baleares.
A la vista del informe de Hacienda, los flujos redistributivos entre las autonomías ascendieron en 2014 a unos 32.300 millones de euros que para las regiones receptoras netas, como es el caso de Asturias, representaron aproximadamente un 6,3 por ciento de su PIB. Ángel de la Fuente, que ha participado en la elaboración de esas cuentas territorializadas, cifra en unos 11.000 millones el importe cuya distribución sería potencialmente cuestionable atendiendo a criterios de equidad: "puesto que hablamos de una cantidad equivalente al 1% del PIB nacional, la tarea no debería ser imposible pero convendría ponerse a ello, cuanto antes mejor", concluye el economista asturiano en su análisis.
