La familia de Gonzalo Montoya, el preso que "resucitó" justo cuando le iban a practicar la autopsia, ya ha recogido más de 2.000 firmas entre parientes, amigos y conocidos para solicitar el indulto de su hijo y hermano, que en agosto cumplirá los tres años de condena que le fueron impuestos por robo. El joven de 29 años continua ingresado en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con custodia policial, acceso controlado de visitas y sin teléfono móvil, según confirmaron fuentes familiares.

José Carlos Montoya, padre de Gonzalo, se mostró ayer satisfecho porque sólo él ya tiene en su poder "cientos de firmas", pero también tienen más otros familiares y se han recogido muchas más a través de las nuevas tecnologías. "Son de familiares, amigos, conocidos... las personas que nos apoyan para que no se cometa otra injusticia", señaló.

Montoya regresó ayer de un viaje a Madrid con una de sus hijas, Verónica, después de que ambos participasen en un programa de una cadena de televisión privada para relatar la experiencia de Gonzalo, que el pasado domingo día 7 fue dado por muerto en el centro penitenciario de Asturias por dos médicos y la comitiva judicial que decretó el levantamiento del cadáver para su traslado al Instituto de Medicina Legal, donde se le tenía que practicar la autopsia. "Nos dejaron hablar y contar lo que había pasado y lo que pedimos, que es que dejen a Gonzalo en libertad porque sólo le quedan unos meses y si lo vuelven a mandar a la cárcel, igual no lo aguanta y tenemos miedo que lo vuelva a intentar", afirmó José Carlos Montoya en conversación telefónica con este diario.

Los resultados de la analítica que se le practicó a Gonzalo después de "resucitar" indicaron que en su cuerpo había una sobredosis de bartitúricos y otras drogas (era consumidor de cocaína, heroína, metadona y hachís). La familia, sin embargo, defiende que en el centro penitenciario había escaso control en el reparto de medicamentos y que su hijo intentó suicidarse, por la depresión y la angustia en la que vivía. "En la cárcel ya tenía ansiedad y muchos nervios, y la medicación se la daban en una bolsa. Eso no debía ser así, hay que estar pendientes de lo que toma cada uno, tener más control con lo que le daban en la enfermería y lo que tomaba", declaró a este periódico María Covadonga Jiménez, madre de Gonzalo.

El objetivo ahora es "conseguir toda la ayuda posible" y que se entienda que "fue mucho lo que le hicieron a mi hijo", explica la madre a todo aquel que la quiere escuchar a las puertas del HUCA, donde la familia Montoya Jiménez sigue puntualmente la evolución de Gonzalo.

El joven continúa en la UCI, aunque ayer "estaba mejor y más animado", explicó su padre. Nadie le contó que, al parecer, "resucitó" cuando ya estaba en la mesa de autopsias y con todo preparado para que el forense empezara a trabajar en los que supuestamente era su cadáver. Ni tampoco sabe que su padre y su hermana viajaron a Madrid para pedir ayuda desde un programa de televisión. "Lo único que queremos es que se recupere cuanto antes, y pese a todo lo que tiene, ahora parece que está mucho mejor. No le contamos cosas que le puedan preocupar ni disgustar; no queremos hacerle sufrir. Cuando ya esté bien y lo lleven a una habitación, entonces ya veremos lo que le vamos contando", explicó José Carlos Montoya.

María Covadonga Jiménez incidió en que su hijo sólo recuerda que estaba dentro de una bolsa, pero no recuerda nada más.

Los Montoya Jiménez entregarán a su abogado todas las firmas que consigan para su tramitación, de manera simultánea a las acciones legales que pudieran emprender. Mientras, continuarán a las puertas del HUCA durante el tiempo que sea necesario.