Desde Puente de los Fierros a lo más alto del puerto de Pajares la subida ayer era una odisea de tres cuartos de hora. Hubo mucha nieve pero no faltó el pan. Lo trajo como cada mañana el panadero Julio Robles desde Santa Lucía (León). "Vengo todos los días y no quise que hoy fuera una excepción", dijo orgulloso mientras surtía de pan a un par de vecinas bajo la nevada.
Una máquina quitanieves averiada en el entronque de la carretera general con el desvío a San Miguel del Río; un grupo de caballos caminando por la carretera porque la ausencia de coches así lo permitía, y un 4x4 cuyos ocupantes se dieron el susto de la semana tras un par de trompos sobre la "pista de hielo" de la nacional asturiana.
No había peligro de aburrimiento en esta mañana para valientes en la carretera. A un lado de la calzada Manuel Ángel Marugán ponía sus fundas de nieve al coche, camino de León. Iba a visitar a su esposa, que bien vale el esfuerzo, sin duda.
Los que bajaban en dirección a Asturias encontraron la carretera más cómoda a partir de La Muela, pero sin bajar la guardia. Los que subían se preguntaban: "¿Y para la zona de León, cómo estará esto?". Estaba peor.