Un joven ovetense está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Madrid por intercambiar por Whatsapp fotografías y vídeos sexuales con una niña madrileña de 13 años. El acusado, F. J. R. G., se sienta en el banquillo junto a otros dos jóvenes de Málaga y Valencia. En sus declaraciones reconocieron los hechos, y explicaron que la menor les dijo la edad que tenía, pero que no la creyeron porque no le veían la cara, sólo el cuerpo, que lo tenía muy desarrollado, y porque en Internet "se miente". La Fiscalía pide para el asturiano tres años y nueve meses de prisión.

Durante la primera sesión del juicio contra estos tres jóvenes, los acusados, pese a admitir las múltiples conversaciones de índole sexual así como el intercambio de archivos fotográficos, han defendido que nunca vieron la cara de la menor, y que no sospecharon que tenía 13 años ya que tenía un cuerpo "muy desarrollado" para su edad. Uno de ellos ha sostenido también que no creyó que la menor tuviera 13 años porque "en Internet se miente mucho".

La Fiscalía Provincial de Madrid solicita penas de cárcel para S, P.M., J. C.M y F. J. R.G que oscilan entre los seis años y nueve meses y los tres años de prisión. En concreto, les imputan un delito de utilización de menores para la elaboración de material pornográfico y otro de exhibicionismo y provocación sexual.

Según el Ministerio Público, S.P.M. contactó a través de Instagram en noviembre de 2014 con la menor y le pidió su número de teléfono para seguir la conversación por WhatsApp teniendo "exacto conocimiento de su edad". El acusado, que ha contestado solo a preguntas de su abogado, ha rechazado esta acusación y todas las demás, argumentando que fue ella quien la empezó a seguir en Instagram y la que le reclamó hablar por la aplicación de mensajería.

Después, siempre de acuerdo con el escrito de acusación, mantuvo conversaciones de "temática sexual" con la menor y le solicitó fotos y vídeos en ropa interior. Incluso llegó supuestamente a pedirle fotos desnuda en las que mostrara sus genitales y se masturbara. La niña habría accedido a las peticiones de S.P.M. y éste, a cambio, le enviaba vídeos de la misma naturaleza.

Por su parte, J.C.M., para quien el fiscal pide tres años de prisión, habría actuado de idéntica forma con la menor a quien solicitó que le enviara fotos "bajándose las braguitas" aún sabiendo la edad real de la menor. "No le vi la cara en ningún momento, pensaba por su cuerpo que era bastante mayor", alegó.

En los chats de WhatsApp, reproducidos durante la sesión, se recoge que el joven valenciano envió mensajes a la niña de 13 años en los siguientes términos: "Qué fotos más sexys tienes en Instagram, pásame alguna más", "*Vas depilada? Déjame que te lo vea" o "*Me pasas fotos de abajo?". El acusado ha reconocido la autoría de esas conversaciones pero ha añadido, no obstante, que "no tenía ningún fin sexual". La menor accedió a las peticiones del joven igual que hizo con el resto de acusados.

El tercer acusado, el asturiano F. J. R. G.., también siguió las mismas pautas que los otros dos jóvenes. Así, admitió que la niña le dijo la edad que tenía, pero que él pensó que estaba mintiendo porque "así funciona Internet". En sus mensajes, también leídos en sede judicial, le dijo, entre otros: "Pásame un vídeo tuyo desnudándote y te paso otro" o "Mándame una nota de voz para que me pongas cachondo". También admitió que mantuvo algunos encuentros por vídeo con la menor a través de Skype, donde ambos se desnudaron, pero sin verse la cara.

La menor, que ahora tiene 17 años, declaró que abrió un total de tres perfiles en Instagram: uno para realizar un uso habitual y otros dos en los que subía fotos "sin camiseta, desnuda". En una de esas cuentas se definía como "una chica un poco adicta al sexo", afirmó.

Al igual que los acusados, corroboró que mantuvo esas conversaciones de índole sexual pero que no las recuerda. Sí que ha recordado las fotos que se intercambiaban cuando el funcionario judicial se las ha mostrado. En cualquier caso, ha asegurado que "a todos" les decía cuál era su edad real.

La madre de la chica testificó que fue ella quien denunció la naturaleza de estos mensajes ante la Policía después de que le quitara el móvil a su hija por irse con él al baño a las 12 de la noche, algo que le pareció "sospechoso". Tras comprobar el contenido del teléfono, dio con las conversaciones subidas de tono que mantenía su hija y al día siguiente se presentó en comisaría para entregar toda la documentación a los agentes.