La Fundación Oso Pardo (FOP) ha destacado la "buena evolución" de la especie, tras constatar los expertos que la población en la península ibérica supera posiblemente los 300 ejemplares, con Asturias como su principal refugio, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA el pasado día 6. Estas valoraciones han sido realizadas por el presidente de la FOP, Guillermo Palomero, durante su participación en un seminario sobre proyectos de conservación del oso pardo, con presencia de representantes de colectivos conservacionistas de Asturias, Castilla y León, Cataluña y Cantabria.

Partiipan en el encuentro, junto a la FOP, la Fundación Oso de Asturias (FOA), la Fundación Patrimonio Natural del Gobierno de Castilla y León, el departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, las Universidades de Barcelona y Lérida y el Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) de Cantabria promotor del encuentro.

Esta reunión ha servido para analizar los Proyectos PIROSLIFE, LIFE OSO COUREL y LIFE NATURA 2000 + OSO que se desarrollan en los Pirineos, Galicia y la Cordillera Cantábrica, iniciativas de educación ambiental en el marco de los programas de conservación del oso pardo desarrollados en toda España.

Palomero ha destacado que los datos sobre población de osos en la Cordillera Cantábrica debe ser valorados "con prudencia" hasta que finalicen los censos de 2017, aunque sí ha reconocido que existe una buena evolución de la especie. Además, ha destacado los beneficios que supone el programa de plantación de frutales en diversas zonas de monte, en especial en las zonas oseras, como un elemento para asegurar alimento a los animales y también para hacer partícipe a la sociedad en la conservación del oso cantábrico.

Respecto a las conclusiones del encuentro celebrado en el CIMA, Palomero ha destacado que la reunión sirve para compartir metodologías entre las distintas entidades y colectivos conservacionistas, y también para evaluar el impacto que tiene la educación ambiental en la preservación del oso.

En este sentido, ha destacado que los asistentes han debatido sobre la necesidad de poner en común materiales didácticos, no solapar las actuaciones o los programas, y aplicar un sistema de evaluación de la eficacia de los proyectos para saber que se hace mal o qué es posible mejorar. El director del CIMA, Jesús García, ha destacado que los coparticipantes han resaltado la importancia de la educación ambiental, así como abordar las ventajas ambientales, económicas y sociales de la pervivencia del oso en sus territorios.

Por ello, se ha comenzado a desarrollar una metodología común para todos los proyectos relacionados con la conservación de la especie y su coexistencia con las poblaciones rurales, tanto en el marco de programas europeos LIFE como de las iniciativas que diferentes Administraciones llevan a cabo.