El callejón situado detrás del instituto de Luarca es peligroso. Al parecer se dedican a robar las tapas de alcantarilla, y el Ayuntamiento no da abasto a reponerlas. Una noche de mayo de 2015, un joven terminó con lesiones importantes en un tobillo después de meter una pierna en una de esas alcantarillas sin tapa. A caer en la trampa contribuyó sin duda que no hubiese iluminación, ni un cartel de advertencia. El joven estuvo de baja casi siete meses y medio. El Juzgado contencioso número 6 de Oviedo le ha concedido una indemnización, pero por el 35 por ciento de lo que le correspondería. El motivo no es otro que, cuando se produjo el accidente, iba mirando el móvil, según aseguró en el juicio una testigo que iba con él, su pareja. La jueza Belén Alicia López estima que el joven se colocó en una situación riesgo por su "deambular descuidado". No obstante, le concede una indemnización de 17.000 euros.

La propia Policía Local advirtió a la Alcaldía de Valdés, en los años 2012 y 2013, de la peligrosidad del citado callejón, por la falta de las tapas de los registros, "lo que puede ser peligroso para las personas que pasean por la zona, por lo que sería necesario volver a taparlos". El Consejo Consultivo emitió en febrero de 2017 un dictamen favorable a la indemnización, pero la Alcaldía valdesana la desestimó. El perjudicado, cuyos intereses defiende el letrado Javier Junceda, presentó un contencioso.

El caso es que el Ayuntamiento argumentó que era conocido por todos el hurto frecuente de tapas de alcantarilla, y que tanto la víctima de la caída como su pareja tenían que conocer por fuerza que podían caerse.

Concurrencia de culpas

La jueza considera que "se trata de una zona pública y abierta al uso peatonal, y por tanto (el Ayuntamiento) debe mantenerla en condiciones tales que la seguridad de quienes la utilicen esté normalmente garantizada". Por otro lado, continúa la jueza, la administración era consciente de la falta de las tapas en esa zona. "La administración debería haber adoptado medidas de prevención, como la advertencia a los peatones", añade.

Claro que, "como declara la testigo que le acompañaba, el recurrente 'iba mirando el móvil' y era hecho conocido que en esa zona faltan las tapas de las alcantarillas", indica la jueza. La alcantarilla "resultaba fácilmente visible de llevar la atención debida". Añade que a la hora del accidente había aún luz natural. Por todo ello decide reducir la indemnización que le correspondería de 50.424,03 euros a otra de 17.648,41.