José Ángel Fernández Villa ha acudido este mediodía a la clínica forense de los Juzgados de Oviedo para realizar el examen ordenado por la presidenta del tribunal que lo juzgará, que quiere evaluar si se encuentra en condiciones de afrontar el juicio que se inicia en teoría pasado mañana miércoles, por apropiarse de 430.000 euros del SOMA cuando era secretario general. Del brazo de su esposa y su procuradora, Villa ha exhibido un aspecto deteriorado, similar a su última aparición en los Juzgados, con motivo de la "operación Hulla" que investiga el desfalco del Montepío. Enfundado en unas gafas de sol que impedían verle los ojos, ha llegado en un taxi y le ha costado subir el bordillo. La pequeña caminata hasta el edificio de la Audiencia lo ha realizado con pasos cortos y lentos, son pronunciar palabra.

Los forenses deben evaluar si está en condiciones de acudir al juicio. Su defensa ha esgrimido una nueva enfermedad, por el momento desconocida, para pedir la suspensión del juicio por enfermedad mental sobrevenida. Además, quiere que el examen lo realice una forense que ya en 2016 determinó que no estaba en condiciones de declarar ante la instructora de la querella del SOMA.

Sies jornadas de juicio a Villa

El juicio de Villa se desarrollará a lo largo de seis jornadas, hasta el 5 de julio. En la primera jornada del juicio está prevista la comparecencia de los forenses y neurólogos que examinaron a Villa para determinar si puede acudir a las vistas. Le piden penas de hasta seis años de prision.El tribunal está encontrando dificultades para convocar a varios testigos, algunos de los cuales son precisamente una economista de UGT que realizó el informe en el que se basa la querella del SOMA y un vocal del sindicato que otorgó el poder a los letrados de Ontier para presentar la demanda.

En el juicio también está acusado Pedro Castillejo, exgerente del Infide, defendido por Alfredo García, que se enfrenta a penas de hasta 5 años.