Diego Canga Fano, ovetense, 53 años, lleva 27 -media vida en sentido literal- como funcionario de la Unión Europea y es desde febrero del pasado año jefe de gabinete del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, especializado en Derecho de Asuntos Europeos y Derecho Inglés, Diego Canga ha sido también el impulsor de la asociación cívica Compromiso Asturias Siglo XXI.
- Una Unión Europea en la encrucijada histórica. ¿Suscribe el diagnóstico?
-El mundo está cambiando. En muy poco tiempo ningún país de la UE estará entre los diez primeros de la riqueza del mundo, ni siquiera Alemania con su enorme potencial industrial. No se influye de forma decisiva en la economía de este planeta con sesenta millones de habitantes. Cada uno de los países de la Unión Europea tiene un peso limitado, pero juntos seguimos siendo fuertes, y se nota.
- Uno de esos países se va: Reino Unido.
-El Brexit es extremadamente complejo. Estamos negociando por orden sobre tres grandes áreas: los derechos de los ciudadanos, la frontera de las dos Irlandas y el dinero. Y a estas alturas ninguno de los tres asuntos está cerrado, entre otras cosas porque los propios ingleses no se ponen de acuerdo y se perciben tensiones en el partido conservador.
- En una de estas, igual no se marchan.
-La Unión Europea ha mostrado mano tendida, con un mensaje claro. Si ustedes quieren dar marcha atrás, nosotros aquí estamos, pero a día de hoy yo diría que el Brexit es definitivo. Es difícil encontrar una alternativa salvo que se celebre un segundo referéndum y, en todo caso, no hay que olvidar que es el Parlamento británico el que tiene la última palabra.
- ¿Un Parlamento en contra del sentir del pueblo, en referéndum?
-Los británicos se han metido un autogol increíble. Si las condiciones de la salida del Reino Unido son muy desfavorables el Parlamento está en condiciones de frenar el Brexit si considera que se trata de un acto manifiestamente lesivo para el país.
- ¿Qué es a su juicio lo peor del Brexit para los británicos?
-En general la salida del Reino Unido es mala para Europa y muy mala para el Reino Unido, un país que no es autosuficiente en cosas tan básicas como la comida y la bebida. Y es una sociedad que necesita cantidades ingentes. Necesitan adquirir productos para alimentar aproximadamente a algo más de veinte millones de personas. Una ruptura brutal con Europa les obligaría a buscar nuevos mercados abastecedores y la Historia nos enseña que no hay Gobierno que resista una subida prolongada de los precios de lo de comer y beber. Calcularon mal.
- ¿Se refiere a su estrategia?
-Me refiero a que se trata de un país que desmanteló su agricultura y que ahora unos determinados partidos políticos supieron vender a la población la idea de que iban a volver a ser como el antiguo Imperio victoriano. En relación con la Unión Europea no hay que olvidar que somos el mercado único más grande del mundo con o sin el Reino Unido.
- ¿Cómo se vive en el corazón de la Unión Europea la crisis catalana?
-Las cosas están muy claras. La secesión unilateral no tiene cabida, el marco constitucional español es también el europeo y la realidad ha demostrado que ningún país europeo ha reconocido ni de lejos esa supuesta independencia. Lo mismo ocurre con aquel referendum del 1 de octubre que ningún país medianamente serio en el mundo lo ha tenido en cuenta. El partido lo ha ganado España, pero por goleada.
- El relato independentista fue comprado por cierta prensa y ciertos sectores.
-Porque estaba bien construido y hubo quien se dejó convencer, pero ese relato está contrarrestado. Creo que todos tenemos el deber de explicar lo que ocurre de verdad con el independentismo, empezando porque aquí no hay un problema entre Cataluña y España, sino entre catalanes. Y saltarse a la torera al 53% de los votantes catalanes que se manifiestan en contra de la independencia no es posible. Hay sectores a los que no les gusta escuchar estas verdades, pero nuestra obligación es decirlas.
- Quizá la percepción del "problema catalán" se agiganta en España y no tanto en el entorno europeo.
-Somos 505 millones de europeos y, de ellos, siete millones y medio son catalanes. El 1,5% del total. Hay que poner las cosas en su justa dimensión, no sé si he contestado a su pregunta.
- Entre los méritos que le hacen merecedor de la Medalla de Plata de Asturias está su intervención en el mantenimiento de la fábrica gijonesa de la multinacional Tenneco.
-Antonio Tajani jugó un papel fundamental y yo es verdad que eché muchas horas en ello. No quiero ser hiperbólico pero aquello fue algo extraordinario. Desde la UE convencimos a una gran empresa norteamericana para que se quedara en Asturias. Nunca se me olvidará la cara de satisfacción de los trabajadores cuando les comunicamos que Tenneco seguía en la región. Estamos pensando en poner en marcha un órgano permanente en el ámbito europeo para frenar las deslocalizaciones porque después de Tenneco hemos tenido éxitos en otros sitios. Una idea falsa es que las deslocalizaciones solo se producen del Oeste de Europa hacia el Este. De Polonia, por ejemplo, se han marchado empresas rumbo a Alemania.
- Fundador de Compromiso Asturias XXI. Otro mérito que se le reconoce.
-Somos más de mil socios en cincuenta países. Queremos dar una lectura positiva a la emigración. Nos une el amor por Asturias, planteamos soluciones concretas y no un blablablá sin sentido. El reto ahora es que seamos capaces de invertir dinero en empresas jóvenes de Asturias. Mi medalla es compartida con todos los compañeros de la asociación y también con todos los funcionarios asturianos en las instituciones europeas.
- En Asturias la emigración se dramatiza.
-A mí me tocó la lotería cuando logré un puesto en Europa, pero uno me dio el pésame en la calle Uría de Oviedo. 'Ya sé que te mandan a Bruselas. Chico, lo siento...'. Tengo un amigo asturiano que es domesticador de delfines. Vive en México porque en Asturias es complicado encontrar un puesto de trabajo con los delfines. Hay especialidades profesionales que Asturias no tiene, eso es todo. Y cuando vives en París y te has casado con una sueca, pues puedes venir a tu tierra de vacaciones pero lo más probable es que no lo hagas de forma definitiva. Y no pasa nada, hay muchos lugares en el mundo donde se vive muy bien, la gente ríe, sonríe y hasta abraza.
