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ANTÓN SAAVEDRA | Histórico sindicalista minero

"El Montepío es el capítulo clave del 'caso Hulla', ahí empezó la caída de Villa"

"Hay que saber adónde han ido los fondos mineros, una operación de tal envergadura no es cosa de una persona, la corrupción es sistémica"

Antón Saavedra, en la barriada de La Joécara, donde continúa con su mujer en su casa de 60 metros. J. R. SILVEIRA

Antón Saavedra está convencido de que José Ángel Fernández Villa no se librará de la cárcel. A la sentencia sobre las dietas del SOMA, que se espera para septiembre, le seguirá el juicio por la "operación Hulla", un caso del que "la trama del Montepío" es, en su opinión, el capítulo clave, donde empezó la caída del hombre que mandó con puño de hierro en el SOMA y en la FSA. A Villa "lo convirtieron en el puto amo, aquí no se movía nadie sin pasar por La Salve, desde donde quitaba y ponía presidentes autonómicos y de la Caja".

"Los fondos mineros alcanzaron los 28.500 millones de euros y el 70 por ciento era para Asturias", asegura Antón Saavedra, para quien falta "saber adónde han ido a parar y quiénes han sido los triperos". "La corrupción es sistémica y una operación de esa envergadura no es cosa de una sola persona. Villa era un estratega sagaz, pero necesitaba una escopeta de dos cañones para hacer un ocho", subraya.

Después de años y años de denuncias, el histórico sindicalista cree que es hora de pedir cuentas: "Graciano Torre, Vicente Álvarez Areces y Javier Fernández jugaron un papel y deben hablar" de los fondos, que "fueron cuestión también de Francisco Álvarez-Cascos; Villa se reunía más con él de vicepresidente que yo con el cura de Sama. El presidente del Principado dijo el día que lo echó de la FSA que el caso Villa era más grave que los de Pujol y Bankia juntos. Algo sabrá".

Saavedra exige investigar cuánto dejó el hormigón en infraestructuras y apunta que ahí estaban los que cogían los sobres, "los sobrecogedores". Eso es "lo gordo de los fondos, amén de las empresas que ya no existen. Se trataba de repartir con familiares y amiguetes: 'Toma, pero me devuelves un tanto'. Todo acabó en un abrir, trincar y cerrar".

El comienzo del saqueo a lo bestia lo sitúa en 1986 y cita, entre otros, los casos "Marea y La Camocha, con condenas, los más de 250 millones del Muselón, que se sepa, y la Variante". Para el veterano sindicalista, jubilado en 2011, "las comarcas mineras están condenadas desde que en 1983 Felipe González dijo: 'Hunosa hay que cerrarla'". Saavedra teme que acaben "sepultando las Cuencas bajo dos pantanos de los que sacar agua y energía para otros sitios".

- ¿El primer pelotazo de los fondos?

-En 1992 se negocia en Madrid con un montón de pasta. Indemnización para las empresas por tonelada de carbón que dejen de producir. La banca, feliz, se pelea por el flujo de las prejubilaciones, miles y miles de millones. Los sindicatos encantados, subvenciones a tutiplén para la formación que van a sus burocracias. Si se hubiese empleado sólo el 20 por ciento en formación, en Asturias el más tonto tendría cátedra en Harvard. Tengo actas que asustan. El dinero de las prejubilaciones de Hunosa si venía para la Caja o la Caixa había una diferencia de 47.000 millones de pesetas. Al presidente de la compañía, Abellán, y a Villa les dije "¿Lleváis porcentaje en la Caja?".

- ¿A partir de ahí qué pasa?

-Villa y José Antonio Postigo estaban viciados, cada vez que se negociaba era pensando en cuánto porcentaje podían sacar. Así llega el Montepío, una de las gracias de Zapatero en Rodiezmo. Allí estaba el ministro Jesús Caldera: 31 millones de euros para Felechosa sin pasar por ningún control, que se gastaron, y otros 15 que volaron. El Montepío es el capítulo clave del "caso Hulla", ahí empezó la caída de Villa. En los 14 papeles de José Antonio Postigo aparece, de su puño y letra, un reparto de 595 millones de pesetas en el hotel Aitana. El expresidente blanqueaba en la empresa Todo Limpio y Brillante, de su compañera, Dorina Bicher, la camarera a la que hizo directora de Los Alcázares.

- ¿Quiénes se lucraron?

-Por ejemplo, Manolo Lloriana, ya fallecido, compró en Murcia el prau para los chalés, lo vendió a la Caja y se embolsó 900 millones de pesetas. Son cifras que matizo en el libro. Los exdirigentes del Montepío, Postigo, Alfredo Álvarez Espina y Ricardo López Estébanez, especulan con los chalés a través una empresa interpuesta. Aseguran que los millones sacados ahí los emplearon en el hotel de Roquetas (Almería); lo compraron como nuevo, pero tenía 32 años. Al final, entre 48 y 50 millones de gastos y comisiones del 8 por ciento.

Saavedra vaticina un negro futuro a Villa, para quien la Fiscalía ha pedido cinco años. La sentencia saldrá en septiembre y "por los 430.000 euros de las dietas de sus compañeros del SOMA creo que le van a caer de tres años y medio a cuatro. No se librará de la trena, se le junta el juicio del 'caso Hulla', ya instruido. A su señora se le va a cortar la risa en el banquillo con él y sus hijos, los de la zapatería 'Bajo el Signo de Caín'".

En su libro "Memorias de un sindicalista de Aller" Saavedra entra a fondo en el "caso Hulla". "Es mucho más que Los Alcázares, Roquetas, Ledesma y Felechosa. Parece que sale la creación del grupo El Árbol. Ante la Fiscalía especial hablé del Montepío y de los cupos del carbón". El sistema va así: "Tienes una mina, yo te saco un cupo de 50.000 toneladas y tú las metes en la térmica. Pero ese carbón no sale de esa mina, de hecho carece de personal. Es de importación. El mineral lo traes, por ejemplo, a 4.000 pesetas y lo vendes a 21.000. Del beneficio hay que darme el 20 por ciento, la mordida inicial del 8 no dejaba de subir".

Los llamados "recaudadores del SOMA" se encargaban de cobrar por las empresas. "Los cupos los da Madrid. Tendrías que llevar el visto bueno del Gobierno regional y la Dirección de Minas autorizaba. Era el PSOE aquí y allí. Empezó hacia 1987 y ahora se hace a gran escala. Goldman Sachs, la mayor empresa minera en Asturias, lo tiene en El Musel. Al principio aseguraban que traían el carbón más barato, otra contribución al cierre de pozos, ahora ya es más caro", añade.

- ¿Por qué se centra la investigación en el Montepío?

-Los de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) me preguntaron tres horas sobre los cupos y se van a encontrar con que para el juicio esté prescrito. Por eso los investigadores de la "operación Hulla" se tiraron a lo del Montepío. Con el carbón y otros asuntos puede suceder como con El Árbol. Se decía, ahora parece que es verdad, que sus dueños eran José Luis García Meana, presidente del lobby judío en Asturias, Villa y el BBV, y que lo vendieron a Albala, el mayor grupo alimentario judío del mundo. La operación, a través de la empresa Criterios Internacionales, alcanzó los 750 millones de pesetas, que una persona conocida llevó en un Volvo a Suiza.

- ¿A quienes afectará el "caso Hulla" ?

-Va a salir Ángel Fernández Noriega, expresidente de la Caja, baluarte en las compraventas de Los Alcázares, junto a Francisco Fernández Marugán (PSOE). A lo mejor aparecen Caldera, Javier y Graciano. Aquí hubo una subvención del cien por ciento a una entidad privada cuando es muy difícil que llegue al 33 por ciento. Están temblando de Areces a Javier, creo que hasta Cascos y Gabino de Lorenzo. No olvidemos a Luis Gómez, "El Chino", el hombre de Villa en Sodeco, al que lleva Gabino para Gesuosa, centros de la primera corrupción.

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