Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El PSOE será monolítico en su "no toca" a la cooficialidad y a la reforma del Estatuto

La FSA, el Gobierno y el grupo parlamentario sostendrán un discurso único para atajar el intento de Podemos de señalar diferencias internas

Todos a una. Los socialistas mantendrán un discurso único y monolítico para frenar la maniobra de Podemos, que ha arrastrado a Izquierda Unida, para que se aborde ya la cooficialidad del asturiano con una reforma estatutaria exprés. "No toca", será el mantra de los socialistas, que impedirán siquiera que la iniciativa (que los podemistas y la coalición pretenden registrar la próxima semana) afronte el proceso de comparecencias. Mejor atajarla que convertirla en un elemento de pertinaz batalla política y confrontación en la izquierda a las puertas de las elecciones autonómicas.

La cooficialidad causó en las primarias resquemor interno en la Federación Socialista Asturiana. El sector sanchista que lideró Adrián Barbón dio vía libre a los suyos para respaldar esa pretensión, que un sector del PSOE asturiano ha defendido de manera reiterada, pero que no había tenido eco hasta ahora en la dirección del partido.

La enmienda terminó aprobada en el 32.º congreso del partido, en una comisión en la que obtuvo 38 votos de respaldo, 27 en contra y 11 abstenciones. Ésa fue la muestra de la división que el tema suscita entre los socialistas. La decisión fue incorporada a la ponencia social, que sí cosechó un muy amplio respaldo.

El PSOE mira con tiento al horizonte de la cooficialidad. Es un asunto espinoso. La incorporación novedosa de esta medida al ideario socialista dio alas a los colectivos que llevan décadas reivindicándolo: por primera vez se visualizaba en la Junta General una mayoría favorable al reconocimiento de la lengua asturiana.

Pero un giro así no podía materializarse de inmediato en los socialistas sin acarrear una profunda crisis. El grupo parlamentario, que se mantuvo fiel al javierismo, no estaba dispuesto a votar una cooficialidad con la que discrepa. Si la FSA forzase un respaldo parlamentario hoy a ese asunto, pese a estar entre las resoluciones congresuales, seguramente se enfrentaría a un cisma. "Se rompería la disciplina de voto", advierten fuentes parlamentarias.

"Queremos la cooficialidad, pero impulsando nuestro propio modelo, que en ningún caso dé la impresión de obligaciones, ni siquiera que se convierta en lengua vehicular obligada en los centros escolares, salvo aquellos que se adscriban voluntariamente", sostienen los nuevos dirigentes socialistas. ¿Cómo conjugar ambas posturas? La solución intermedia, que convence a ambas partes la puso sobre la mesa Adrián Barbón, en su primer discurso como secretario general: el PSOE llevará la cooficialidad en su programa electoral de 2019 y, tras las elecciones, se abordará una reforma estatutaria amplia que considere éste y otros asuntos, incluida una modificación del sistema electoral que IU reclamó largamente.

Un modelo propio

El secretario general de la FSA, Adrián Barbón, ha armado su discurso: "Hasta 2019 está en vigor un programa electoral contrario a la oficialidad; por tanto, eso hay que respetarlo. Lo lógico es que sí vaya en el programa de 2019 y que se debata en la nueva legislatura. Y un modelo propio, que es el que defenderá la FSA: una oficialidad 'a la asturiana'", indicaron fuentes socialistas, que señalaron: "No responderemos a propósitos electoralistas".

La firmeza de esa posición pudo verse esta semana, después de que Podemos e IU (esta última un poco a regañadientes con el acelerón de los podemistas y por "imperativo programático) hayan anunciado que pondrán sobre la mesa ya el melón de la cooficialidad. Tanto desde la dirección regional, que lidera Adrián Barbón, como desde el grupo parlamentario, que encabeza Marcelino Marcos Líndez, como por parte del Gobierno regional, se trasladó la misma melodía: los movimientos de Podemos (que también plantea activar otra reforma para suprimir los aforamientos, esta vez con el respaldo de Ciudadanos) son "oportunistas" y una "mera impostura parlamentaria", aseguró el portavoz del Ejecutivo, Guillermo Martínez. El Gobierno no impulsará una reforma estatutaria que incluya la cooficialidad en esta legislatura "porque no formaba parte del programa electoral".

Martínez afeó a Podemos y a Ciudadanos su "juego de apariencias" en la actividad parlamentaria, haciendo que leyes relevantes "tarden años en tramitarse" e instigando comisiones de investigación que empantanan la actividad legislativa. Los socialistas consideran que reforma el Estatuto exige sosiego, rigor y consenso, y que la distorsión de unas elecciones la vuelta de la esquina no ofrece las garantías necesarias. El discurso socialista buscará así espantar la intención de Podemos de desacreditar electoralmente al PSOE entre los colectivos asturianistas, señalándolo como culpable del bloqueo a la cooficialidad y restando valor a su promesa electoral. "¿Si tan urgente era, por qué no lo propusieron hace un año?", señalaron fuentes socialistas, que confían en que Podemos acabe desgastado por activar en falso reformas del Estatuto. Todos a una: "No toca".

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.