Falta formación de padres y adultos respecto a los riesgos a los que están expuestos sus hijos cuando tienen un móvil en la mano al que no se le ha instalado ningún sistema de control parental. La generación 2.0, la que nació rodeada de tabletas y móviles, sufre las consecuencias "serias" del mal uso de estos dispositivos. Explica el perito informático Ángel González que cada vez son más comunes las extorsiones entre menores después de haberse intercambiado fotos de contenido sexual entre ellos, por ello es necesario "respetar la privacidad de los chavales, pero instalarles programas que no les permitan acceder a contenidos para adultos". Además hay que fomentar la educación sexual, tanto en las familias como en los colegios. "Los padres deben estar formados. No pueden vivir de espaldas a las tecnologías. A menudo nos encontramos con padres que nunca han entrado en una red social, y mucho menos conocen las páginas a las que acceden sus hijos", señala Gómez Borrachero.
Tolerancia mal entendida
"Los padres tienen que recuperar la autoridad, hay que recobrar el sentido común y restringir el uso de los móviles y saber qué aplicaciones usan nuestros hijos. Un padre es un referente que no puede ofrecer sólo a su hijo libertad y tolerancia. Los chavales necesitan normas y límites, estamos viviendo una tolerancia mal entendida que está acarreando muchísimos problemas a nuestros jóvenes", remata Marino Pérez, que reconoce que el aumento de los casos de acceso al porno en edades tempranas en Asturias es "muy preocupante".
