Las pérdidas registradas por el plan de pensiones de los funcionarios del Principado son un reflejo del castigo que de manera generalizada han sufrido los titulares de estos productos de ahorro por el comportamiento de los mercados financieros en 2018. El mal año de las bolsas y la ínfima rentabilidad (a veces negativa) de las inversiones más seguras (los bonos de deuda pública de países europeos, por ejemplo) ha hecho que casi todos los fondos de pensiones tuvieran "números rojos" en el plazo de un año, con caídas medias de valor del 4,49% una vez descontadas las comisiones, según datos de Inverco, patronal de las instituciones de inversión colectiva.
Los gestores de los fondos de pensiones colocan el dinero de los ahorradores partícipes en activos de renta fija y/o de renta variable. Los planes en los que predominan las posiciones en títulos de deuda pública (renta fija) son tenidos como de menor riesgo, en tanto que éste aumenta a medida que es mayor el peso que las acciones de sociedades cotizadas (renta variable) tienen en la cartera de inversiones del fondo. Los resultados negativos afectaron a todas las categorías de planes de pensiones, incluidos los más conservadores. Las pérdidas oscilaron entre una media del 1,8% en el caso de los fondos de renta fija a corto plazo y el 10% de los planes de renta variable, caracterizados por el hecho de que más del 75% del dinero está invertido en bolsa o en activos conectados a índices bursátiles. Incluso los fondos garantizados (los que en principio aseguran la integridad del capital si el dinero no se rescata antes de plazo) sufrieron menoscabo en términos netos, por el impacto de las comisiones de gestión.
Los asturianos tienen colocados en planes individuales de pensiones unos 1.500 millones de euros, cantidad que no incluye el dinero de los llamados planes de empleo, de los que son beneficiarios trabajadores de empresas o de instituciones, como es el caso de la plantilla del Principado.
