El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió ayer a enarbolar la bandera de la lucha contra la violencia de género que su gobierno considera un "asunto nacional, que incumbe al conjunto de la sociedad" y lo hizo durante la visita oficial al Centro Integral de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género, la Casa Malva de Gijón. Del centro destacó que había sido pionero en España y de las mujeres que acoge que son unas "luchadoras". "Gracias a iniciativas como la Casa Malva, las mujeres no están solas. Ojalá un día no sea necesaria". Así fue como el Presidente concluyó sus reflexiones de 8 minutos y medio antes de pasar a visitar las instalaciones de la Casa Malva acompañado por las autoridades locales y regionales. Fue un recorrido en el que no mantuvo ningún encuentro con ninguna de las 80 luchadoras e hijos que ahora alberga la Casa Malva. Así lo explicaron personas que acompañaron a la comitiva, dado que en el recorrido no participó ningún medio de comunicación, para respetar la privacidad de las víctimas.

Desde 2007 la Casa Malva ha dado cobijo a 1.200 mujeres. El año pasado a 130 y a 125 hijos de éstas. Las estadísticas dicen que el número de refugiadas aumenta en la franja de 18 a 25 años. La estancia de Pedro Sánchez en la Casa Malva fue de cerca de una hora. Más de la mitad de ese tiempo lo ocuparon su intervención retransmitida en directo por la web de La Moncloa, la intervención de la coordinadora de la red de casas de acogida del Principado, Yoanna Magdalena explicándole lo que es la Casa Malva, y el pase de un vídeo de 2007 sobre el proyecto de este centro de apoyo a la mujer. El resto del tiempo se repartió entre el saluda a las autoridades y responsables del centro y la visita a las instalaciones.

En su intervención previa a la misma, Sánchez destacó que "lo que las mujeres de esta Casa Malva han sufrido no es otra cosa que violencia de género, no es violencia doméstica, porque la tragedia de las mujeres agredidas no es solamente suya, no es un dolor privado. El dolor que han traído con ellas a esta casa no estaba antes encerrado entre las cuatro paredes de las suyas, es un dolor que es el dolor de todas y todos los que sufrimos por ellas, es el que les han causado por el hecho de ser mujeres y porque alguien se ha creído con derecho a hacerlo", para recordar a continuación a las tres víctimas mortales de violencia de género del pasado fin de semana en Madrid, Estepona y Valga y al asesinato en 1997 de Ana Orantes tras haber denunciado en televisión "lo que hasta entonces venían siendo considerando asuntos domésticos".

Conflictos laborales

Tras la visita, Pedro Sánchez se acercó a uno de los grupos de personas que aguardaban su salida. Allí una docena de trabajadoras de Accepta (grupo Santalucía), le entregaron una carta en la que le solicitaron "encarecidamente su apoyo público" contra el plan de esa empresa para cerrar 53 de los 58 centros telemáticos que tiene en España, incluyendo el de Gijón en el que hay 29 trabajadoras que serán trasladadas a Oviedo. El Presidente también tuvo un momento de cercanía con los vecinos que le esperaban en ese grupo, más amigable que el que formaban los funcionarios de prisiones que lo recibieron a gritos y a los que la Policía separó del espacio por el que transitó el Presidente.