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Me quedo en el pueblo | Bulnes

Alberguero, deportista y cabraliego

Adolfo Campillo abrió en 2017, donde antaño había un edificio familiar, un alojamiento para montañeros en cuya obra participó activamente

Adolfo Campillo, en un rincón de Bulnes. ANA PAZ PAREDES

Adolfo Campillo Martínez no pierde el tiempo, al contrario. Lo aprovecha al máximo tanto trabajando al frente de su albergue en Bulnes como disfrutándolo haciendo deporte u otras actividades donde siempre le ha gustado vivir, en su pueblo y en su concejo. "En Arenas saqué la ESO y, como no me gustaba estudiar, decidí ponerme a trabajar. Además de ayudar a mis padres, yo siempre quise tener algo para mí y por mí, así que se me ocurrió la idea de levantar el albergue donde antes teníamos una antigua casa con cuadra abajo y donde cabía una vaca, como mucho dos. Estaba en ruinas. El proyecto salió adelante y aún tardamos un año para conseguir los permisos del Ayuntamiento. Me dieron una subvención del 'Leader' e hice la obra con un contratista", recuerda este joven que participó, junto a otros tres trabajadores, en la construcción del mismo. Y añade: "Hicimos de todo: sacar escombro, echar hormigón, poner escayola, pintar. De todo", destaca.

Abrió su albergue, "Villa de Bulnes", en 2017, y lo logrado hasta el momento no puede ser más satisfactorio para él. "Aquí vienen mayormente montañeros. La mayoría duermen aquí y al día siguiente van a dormir al Urriellu o a Cabrones. También hay gente que va a hacer la Ruta del Cares y viene a dormir aquí", asegura.

De mayo hasta octubre está todos los días en el albergue. "El resto del año, si la gente reserva, subo y abro, sino estoy abajo en Carreña, que es donde vivo", dice. Y es que Adolfo Campillo no tiene un solo minuto para aburrir. Es muy conocido en el ambiente deportivo de montaña por practicar el atletismo desde pequeño, llegando a ser subcampeón de España en carreras de montaña. "He participado tanto en campeonatos nacionales como en internacionales. Ahora estoy preparando la Travesera de Picos, que es muy dura, además de muy conocida por quienes practicamos este deporte en todo el mundo", dice.

También practica kárate yendo a clase durante las mañanas y disfruta también de otro de sus hobbies, tocar la gaita, algo que hace ya desde los 11 años teniendo como profesor a uno de los mejores, Héctor Braga. "Vivir en un pueblo no te quita de hacer lo que quieres, yo aquí tengo todo lo que necesito en pleno siglo XXI, no necesito la ciudad para nada", recuerda este joven, quien cree que el vivir de la ganadería hoy lo tiene difícil "porque en estos pueblos ya no se les dan tantas ayudas y luego además están los lobos, que llevan matando cada dos por tres aquí. Los ganaderos lo tienen mal", afirma.

Sin embargo, sí cree que se puede emprender en otros sectores en el medio rural, como el turístico. "Está de moda la montaña, cada vez viene más gente. Mi plan es seguir con el albergue, pero también hacer más cosas. Si tienes ganas de hacer algo, hay que intentarlo, tirar por ello. Yo creo que sí se pueden hacer muchas cosas que aquí no se hacen", afirma este emprendedor rural.

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