"Estoy en la cárcel cumpliendo condena por cosas que hice, pero también por cosas que no cometí, y no me parece justo", ha clamado esta mañana Carmen Llerandi, la noreñense acusada, junto a su expareja, Samuel Quiroga, de haber asaltado a un anciano de 83 años en su casa de Posada de Llanera, haciéndose pasar por empleados municipales. Los dos han sido condenados varias veces ya por los asaltos que cometieron entre 2014 y 2016, siempre a ancianos. En abril de ese último año cayeron en La Felguera, tras robar a una mujer de 88 años. Les atribuían por los menos 200 asaltos y estafas. Samuel Quiroga deslizó en el juicio de esta mañana, celebrado en el Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, que había sido su hermano gemelo el verdadero autor del violento asalto. "He hecho muchas cosas mal en la vida, pero no se me ocurriría hacerle algo así a una persona mayor como la que he visto aquí. Cuando ocurrió esto yo ya no estaba con Carmen, estaba en busca y captura y con otra mujer", indicó Samuel Quiroga.

Los dos llevan en prisión desde 2016. En la época de los hechos tenían serios problemas de drogadicción, ya que consumían heroína y cocaína. Al principio comenzaron con pequeñas estafas a ancianos. Cuando su dependencia fue a más comenzaron con los asaltos violentos. El error que cometieron fue dejar en dos agendas la reseña de los asaltos que cometían, con fecha, nombre y dirección de la víctima. Eso permitió a la Policía aclarar numerosos robos, como el sufrido por José Augusto B. C. que se juzgaba esta mañana. Los dos negaron haber estado en casa del anciano, al que dejaron como un ecce homo por los golpes recibidos. Cuando salían de quitarle 400 euros al anciano fueron vistos por Susana, una vecina que lo cuidaba como a un padre, al proceder ambos del mismo pueblo de Trás-os-Montes, en Portugal. La mujer los ha reconocido esta mañana en el juicio. "Salían con una carpeta y pensé que eran de servicios sociales, porque había estado mirando para que ingresase en una residencia, porque ya le habían robado en alguna ocasión", ha asegurado. La pareja se fue en el coche que tenían aparcado a la puerta de la casa, y entonces fue cuando vio salir a José Augusto, "sangrando por todos lados, y con las marcas de haberle agarrado por el cuello".

José Augusto, un hombre ya un poco desvalido que va para 84 años, que ahora vive en una residencia, explicó que la pareja que le asaltó había estado unas semanas atrás en su casa. "Venían del Ayuntamiento a hacer unas mediciones, con la cinta métrica, cobróme 50 euros", indicó. Luego contó como le habían vapuleado en su casa, a eso de las diez de la mañana del 1 de febrero de 2016. "Me llevaron a rastras al sofá, echáronme mano al bolso y sacáronme el dinero", relató. Pero cuando llegó el momento de identificar a los autores del atraco, José Augusto no fue capaz de hacerlo.

A eso se agarraron las defensas, a cargo de José Carlos Botas y Almudena López, quienes incidieron además en unas inconcrecciones de la declaración de la testigo. No obstante, ambos pidieron que, si se les considerase autores de los hechos, se tuviese en cuenta su condición de toxicómanos. La fiscal Esperanza González Avella mantuvo para los acusados su petición de cinco años de prisión para cada uno. Considera que se trata de hechos muy graves. Y descarta la atenuante de drogadicción: "Su actividad delictiva fue sistemática y coordinada, como demuestran las agendas, todo lo contrario de como se comportaría una persona dependiente de los estupefacientes".