El programa informático "Millennium" tiene una deficiencia que genera un mal uso, le resta seguridad y, entre otras repercusiones, puede propiciar que un usuario acceda a una historia clínica con la identidad de otro.

Ésta es la versión que ayer ofrecieron a este periódico varios trabajadores del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con el trasfondo de lo sucedido con un médico del complejo sanitario ovetense, que ha denunciado a 8 médicos y 26 enfermeras de su mismo hospital por acceder, supuestamente de forma indebida, por puro cotilleo, a sus datos médicos. Este acceso se produjo después de que el citado facultativo resultara lesionado en una pelea callejera y que posteriormente, ya cuando estaba siendo atendido en el área de Urgencias del HUCA, se encontrara allí mismo con su contendiente y lo agrediera con un bisturí, para después ser detenido por la Policía.

¿Cuál es la base del problema de seguridad del programa informático del HUCA? "El inicio de cada sesión es muy lento, y es muy frecuente que los usuarios lo dejen abierto incluso cuando se alejan de su ordenador con la intención de volver a usarlo al cabo de un rato", explica uno de los médicos del Hospital Central que mejor conoce los entresijos de la aplicación.

En consecuencia, puede ocurrir -y ocurre con cierta frecuencia- que un facultativo o una enfermera estén introduciendo datos en una historia clínica y la cierren, pero dejen abierta su sesión, para ausentarse durante un breve tiempo. Puede ser para tomarse un respiro, auscultar a un paciente o cualquier otra tarea. Siempre cabe la posibilidad de que un compañero con curiosidad malsana aproveche esos instantes para, con ese mismo usuario, acceder a los datos de otro enfermo, pero dejando la huella de la clave del colega que se ha distraído.

Sobre el papel, este mal uso de la herramienta informática, propiciado por la lentitud de su arranque, puede estar en el origen de la acusación a algunos de los 34 trabajadores del HUCA que han sido llevados ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo bajo la condición de investigados. Todos los médicos y enfermeras que han declarado hasta la fecha han asegurado a la magistrada Simonet Quelle Coto que si consultaron los datos de su compañero fue porque participaron en su asistencia.

Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, la preocupación es grande en algunos servicios del HUCA. Los sanitarios que no logren acreditar que accedieron a la historia por motivos justificados pueden ser condenados a penas de dos a cuatro años de prisión y de seis a doce años de inhabilitación absoluta, que acarrea la pérdida de la plaza de empleado público. Éste es el criterio que están aplicando de forma unánime tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. La jueza ha reclamado al HUCA la trazabilidad de la historia clínica del médico denunciante, esto es, la lista de todas las personas que han accedido a la misma y del servicio al que pertenecen.