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Denuncian "trucos" del coche con radar para multiplicar multas

Varios conductores afirman haber sido "forzados" a pasar el límite de velocidad al adelantar al vehículo de Tráfico que lleva cinemómetro

Fue el domingo, 3 de noviembre. Un conductor regresaba del Museo del Jurásico por la Autovía del Cantábrico (A-8), hacia las siete de la tarde, cuando, poco antes de llegar a Villaviciosa, se encontró en la carretera con un coche que circulaba delante de él a unos 105 o 110 kilómetros por hora. El conductor circulaba con el control de crucero a 120, el máximo permitido en la vía. Había bastante tráfico, ya que era Operación Retorno del puente de Todos los Santos.

El conductor inició la maniobra para adelantar. Cuando se emparejó con el otro coche, éste aceleró, obligando al conductor a elevar la velocidad para completar la maniobra. Para poder sobrepasarlo tuvo que ponerse a 132 kilómetros por hora, la velocidad justa para sobrepasar el margen sancionable.

Cien euros de multa

Cuando rebasó al otro vehículo, vio el flash que indicaba que acababan de multarle. El coche que estaba adelantando era un vehículo camuflado de la Guardia Civil de Tráfico dotado con radar de velocidad. En pocos días le llegó la multa a casa: 100 euros, sin pérdida de puntos, que le quedaron en 50 al pagarla de inmediato. El caso es que este conductor no fue el único multado ese día. Mientras se alejaba, observó como el radar camuflado fotografiaba a otros vehículos que le rebasaban.

Y así, aseguran algunos conductores, los radares móviles camuflados fuerzan a que se sobrepasen los límites de velocidad, y en momentos con tanto tráfico como la Operación Retorno. Los afectados consideran que se trata de una simple treta para incrementar la recaudación, como el denominado "radar en cascada": un cinemómetro espera a que aceleren los coches que han pasado un radar señalizado. En alguna ocasión, los radares han sido colocados en lugares inverosímiles, detrás de arbustos que impiden a los conductores saber que están pasando ante un cinemómetro, una práctica que se ha seguido manteniendo a pesar de que la presencia de estos aparatos debe ser advertida. Los conductores también se quejan de que, en los tramos de especial seguimiento por parte de la Guardia Civil de Tráfico, los agentes colocan carteles avisando de la presencia de radares móviles, pero estas señales son tan pequeñas que apenas pueden verse.

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