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Salud abre una indagación para saber si 50 posibles casos son un brote de paperas en Asturias

La Consejería no tiene constancia de afectados, pese a ser de declaración obligatoria l La mayoría de los enfermos, de colegios privados y Bachillerato

Salud abre una indagación para saber si 50 posibles casos son un brote de paperas en Asturias

Varias decenas de sospechas de paperas, pero ningún caso confirmado y declarado de forma oficial, como es preceptivo. La Consejería de Salud del Principado está desconcertada ante este desfase y, con el fin de aclarar la situación, se ha puesto en contacto con varios colegios de Oviedo y alrededores con el fin de realizar análisis microbiológicos a los estudiantes -en torno a medio centenar, según algunas fuentes, en su mayoría de Bachillerato- que presuntamente están afectados de parotiditis. De este modo, la Administración sanitaria podrá determinar si se trata de un brote de paperas o si, pese a la sintomatología, el origen de los cuadros clínicos es otro, una opción que se considera factible.

La Consejería de Salud difundió ayer un comunicado en el que confirmó la información adelantada por LA NUEVA ESPAÑA y ofreció algunos detalles adicionales. Para llevar adelante su propósito de vigilancia y control de la situación, la Administración sanitaria está haciendo llegar a los médicos de la región el protocolo que deben seguir, que incluye el cultivo de muestras de saliva y orina. Los especialistas recomendarán a los enfermos lo habitual en estos casos: que permanezcan fuera de los centros educativos o de su puesto de trabajo durante cinco días, contados a partir de la fecha de inicio de los síntomas de la enfermedad, por ser este el periodo con mayor riesgo de contagio.

Las paperas son una enfermedad de declaración obligatoria que debe ser notificada por todos los médicos tanto del sector público como privado que establezcan una sospecha diagnóstica de dicha enfermedad.

La mayor parte de los supuestos afectados hasta la fecha son estudiantes de Bachillerato. Parte de ellos (los de segundo curso) están preocupados ante la posibilidad de que un contratiempo de salud interfiera en su preparación de la EBAU, una posibilidad remota si se considera que en un máximo de dos semanas la recuperación suele ser completa.

La mayor parte de los centros educativos afectados hasta la fecha por el presunto brote son privados o concertados. Dos de ellos han enviado circulares a las familias, exponiéndoles la situación. Se trata del Colegio. También hay sospechas de casos en otros centros del área sanitaria IV (Oviedo y otros concejos de la zona central), caso de Dominicas, San Ignacio o Teresianas, todos ellos de la capital del Principado.

"Si finalmente fuera un brote epidémico, estaríamos dentro de lo previsible, porque suele producirse uno cada seis años, aproximadamente, y el último en Asturias se dio en 2012 y 2013", explicó ayer a este periódico Francisco Álvarez, pediatra del centro de salud de Llanera y coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.

En la inmensa mayoría de los casos, las paperas no implican alteraciones graves, sino un cuadro de fiebre, malestar e hinchazón de la glándula parótida, emplazada debajo del lóbulo de la oreja, detrás de la mandíbula y delante del músculo esternocleidomastoideo.

Aunque no faltan quienes apuntan a un posible fallo de la vacuna aplicada a los adolescentes asturianos que ahora están en el entorno de los 16-18 años, Francisco Álvarez señala que lo más probable es que estemos ante uno más de esos brotes epidémicos que surgen de forma periódica. "En 2019 los hubo en varias comunidades autónomas", indica el doctor Francisco Álvarez. En este mismo momento, hay uno en marcha en País Vasco. En Asturias, en lo que va de siglo se han registrado tres: en 2002, 2007 y 2012-13. En este último periodo se confirmaron 2.900 contagios. Fuera de esas situaciones, Asturias no suele rebasar el centenar de afectados al año. En 2019 se declararon 53, y el año anterior, 54.

¿Y por qué esos brotes? Según el coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, el origen hay que buscarlo en el defecto de efectividad de la vacuna, que se sitúa entre el 75 y el 80 por ciento, frente al casi 100 por ciento de las inmunizaciones del sarampión y la rubeola, que se aplican con la de las paperas en la denominada vacuna triple vírica. Lo habitual en estos brotes periódicos es que el mayor volumen de casos se concentre en la franja de 15 a 24 años, y en particular de 15 a 19.

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