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La "desproporcionada" burocracia frena la concesión de licencias en el Principado

El atasco de expedientes en Patrimonio, Cultura y Medio Ambiente, con trámites que rebasan el año, irrita a alcaldes, arquitectos y constructores

Edificio en construcción en Oviedo. LNE

Constructores, alcaldes y arquitectos han expresado su malestar por el atasco que padece Asturias en materia de concesión de licencias urbanísticas a causa, principalmente, de una burocracia "enorme, desproporcionada" y una normativa "farragosa". Hay constructores que llevan esperando por una licencia más de un año, ayuntamientos que tienen decenas de expedientes paralizados en el Principado y arquitectos que ven cómo sus proyectos quedan detenidos durante meses. Sobre todo en Patrimonio, pero también en Cultura, en Medio Ambiente?

El alcalde de Llanes, Enrique Riestra, sufre el atasco por partida doble: el que también afecta a los demás ayuntamientos que se ven obligados a remitir cientos de solicitudes de permisos al Principado y el añadido que supone carecer de plan general (los tribunales anularon todos los que aprobó el Ayuntamiento en los últimos 33 años). El municipio goza o sufre, según se mire, de "un montón de protecciones", como la que acompaña al Camino de Santiago. El regidor admite que la protección y el cuidado del patrimonio es "fundamental", pero "no podemos perdernos en la burocracia. Y estamos perdidos. No es admisible que haya que esperar más de un año por una licencia", añadió. De ahí que abogue por que Patrimonio y Cultura den "directrices" a los ayuntamientos pero cedan la concesión de licencias "menores", las que no afecten a elementos de importancia. Y que el Principado forme un buen equipo "de control y vigilancia". Porque "todo lo que sea agilizar" redundará en "beneficio de los ciudadanos", que al final son los que piden la mayoría de los permisos.

El arquitecto municipal de Ribadesella, Javier Castaño, tiene una visión parecida a la del alcalde llanisco. "Hay un atasco monumental", porque hay que pedir permiso a Patrimonio, a Cultura o a Medio Ambiente en ocasiones para asuntos como "retejar, arreglar un alero o un canalón, pintar una fachada...". Cuestiones "menores" que solo requerirían "unas directrices por parte del Principado a los ayuntamientos, que estos se encargaran de conceder las licencias y que la Administración autonómica se centrara en "el control, la vigilancia y los asuntos de más enjundia, como reformas, aumentos de volumen u obras nuevas". Obras "mayores" todas estas "que también están abandonadas", porque el Principado "ni hace ni deja hacer" cuando, por ejemplo, un bien patrimonial relevante amenaza con derrumbarse.

El Principado es "muy 'reglamentista'" y tiene "obsesión protectora", pero en la mayoría de los casos solo sobre el papel. Ejemplos: el plan general de Ribadesella, en fase de tramitación, incluye "más de 700 elementos catalogados, de los cuales tienen protección integral 75, más todos los hórreos y bienes etnográficos". Pero las autoridades autonómicas tampoco hacen nada por cambiar esta situación, ya que reclaman todos los permisos mientras no haya un plan especial del Camino de Santiago, pero no elaboran ese plan especial", resalta Castaño. Entretanto, el ayuntamiento riosellano tiene entre 30 y 40 expedientes pendientes en el Principado.

La tercera pata afectada son los constructores, que también sufren en primera persona el atasco urbanístico, que achacan a "una normativa farragosa, una protección abundante y falta de personal". Critican que "todo tenga que pasar por Cultura y Patrimonio" y que los ayuntamientos "no tengan autonomía para decidir ni si una fachada se puede pintar". Y ocurre que "lo pequeño atasca lo grande". La "solución" que plantean es similar a la de los alcaldes y arquitectos: dar "autonomía" a los ayuntamientos para licenciar las obras de menor importancia y que el Principado siga otorgando los permisos de mayor entidad.

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