Los estudiantes de la Universidad de Oviedo leyeron el año pasado un total de 198 tesis doctorales, cincuenta más que en 2018, cuando el número de trabajos cayeron a 148. Aun así, el rector, Santiago García Granda, asegura que la cifra todavía es baja y que lo "lógico" para la institución académica asturiana serían 250 por año. El ejercicio en el que más investigaciones para obtener el doctorado se presentaron fue 2015 con 406, seguido de los años 2017 con 301, 2016 con 293, 2014 con 234, 2012 con 205, 2013 con 199 y 2011 con 177.
El repunte de 2015 a 2017 se debió a la entrada en vigor del Real Decreto 99/2011, de 28 de enero, que dio un plazo máximo de cinco años a los investigadores para la presentación y defensa de sus tesis. "Eso significó que muchas personas que llevaban tiempo haciendo la tesis, decidieran finalizarla", aclara García Granda, que achaca el descenso de los últimos años al recorte en la financiación y a "los problemas que hubo aquí con las becas Severo Ochoa". Se refiere a los retrasos que hubo en Asturias en la concesión de estas ayudas; las de 2019 se concedieron este mes y los investigadores ya se han incorporado a los laboratorios.
Las 198 tesis leídas en 2019 se distribuyen por áreas del conocimiento de la siguiente forma: 51 en Ciencias de la Salud, 42 en Ciencias, 41 en Ingeniería y Arquitectura, 37 Artes y Humanidades y 27 Ciencias Sociales y Jurídicas. "Creo que nos recuperaremos y acabaremos rondando las 250 tesis, que es un número lógico para la Universidad de Oviedo. Si tenemos 20.000 estudiantes, estamos hablando de que el 1% hace una tesis", concluye el Rector.
