El presidente del Principado dio ayer un paso más en su estrategia para reformar la administración del Principado. Adrián Barbón pidió apoyo al resto de grupos políticos para que esa reforma "no la haga la derecha, aplicando recortes" y lanzando un mensaje en el que han incidido en las últimas semanas tanto él como el vicepresidente del Principado, Juan Cofiño: "Asturias no puede incrementar el capítulo de personal todos los años en 103 millones, como ha ocurrido en este ejercicio".

La reforma de la administración autonómica fue el asunto estrella en el turno de preguntas al Presidente, al que se somete cada dos semanas Barbón, con los portavoces de los seis grupos de la oposición. Podemos, IU, Foro y Vox quisieron conocer más detalles sobre las intenciones del Gobierno socialista mientras que el PP prefirió abordar el impacto que la crisis postcovid tiene sobre la Asturias rural, y Ciudadanos se decantó por realizar un balance crítico del primer año del ejecutivo regional.

Barbón defendió tres ideas fuerza sobre la reforma la administración asturiana. "Es una demanda, hay un clamor de la ciudadanía, No se hará recortando salarios ni servicios públicos. Hace falta una administración más ágil y resolutiva y, sobre todo, sostenible". La portavoz de IU, Ángela Vallina, admitió que el anuncio de Barbón "sorprendió" a su grupo parlamentario y salió en defensa del papel desempeñado por los empleados públicos asturianos ante el coronavirus. Calificó de "hercúleo" el reto y emplazó al Presidente autonómico a "un diálogo" con los trabajadores. Barbón aprovechó su réplica a IU para empezar a pedir apoyos. "Traeremos la reforma a esta Cámara. Tenemos 20 diputados. No fructificará más que desde el acuerdo parlamentario", aseguró tras lanzar una advertencia, sobre todo a la coalición y a Podemos: "La mayor garantía para que la función pública no sufra recortes es una reforma de la Administración que la haga sostenible. Si no allanamos el camino, vendrá la derecha y aplicará recortes de derechos y salarios", advirtió el presidente del Principado, quien se mostró dispuesto a "quemar sus naves" y jugarse su "crédito político" en esta reforma.

Adrián Pumares avanzó la disposición de Foro, "si su voluntad es sincera para mejorar la austeridad, eficacia y eficiencia" en la administración del Principado. Pero mandó un recado: "Si se trata de un gesto de cara a la galería, ya le digo que no". También Laura Pérez Macho manifestó el temor de Ciudadanos a que el anuncio del Presidente no sea más que "una operación cosmética", tras echarle en cara "los fiascos para Asturias del Estatuto Electrointensivo o la subasta de interrumpibilidad, claves para la industria asturiana". Ignacio Blanco, de Vox, felicitó a Barbón por ser "el primer presidente en 40 años que abre esta caja" pero, tras subrayar que "hay muchos sitios donde recortar", mostró su escepticismo: "Ya veremos cómo hace el milagro de reformar sin reducir salarios ni derechos. Quiero presenciar ese milagro". Lorena Gil, de Podemos, puso el foco sobre los cuidados y la dependencia y la necesidad de blindarlos mediante un gran pacto. La diputada del grupo morado señaló que será "una prioridad ineludible" en el próximo Presupuesto regional. Barbón reivindicó "el escudo social", levantado por el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, ante la crisis del coronavirus para proclamar que "no podemos privar de alma a la Administración".

Teresa Mallada (PP) reprochó al Presidente "el olvido del mundo rural", poniendo como ejemplo la falta de inversión en carreteras, y atribuyó a Barbón la cualidad de "ser un experto en generar expectativas", con medidas como el cambio en el organigrama de su Gobierno. "Pero las deficiencias no se arreglan con un cambio de competencias de un consejero a otro", criticó.