El gran drama territorial de Asturias es la brecha poblacional entre el mundo rural, que pierde activos, y el ámbito urbano, donde se concentra el grueso de la población. Asturias presenta una densidad de población de 96 habitantes por kilómetro cuadrado y ocupa el noveno puesto entre las comunidades españolas. El dato, a priori, parece excelente, pero la perspectiva cambia cuando se analizan detenidamente los índices de población por municipios y se constata el amplio desfase que existe entre ellos.

Entre los 3,2 habitantes por kilómetro cuadrado que registra Ponga, los 4,7 de Pesoz, los 5,9 de Allande, los 4,8 de Somiedo, los 9,4 de Cabrales y los 3.045 de Avilés, los 1.518 de Gijón y los 1.119 de Oviedo existen distancias abismales que Asturias trata de paliar a través del trabajo que coordina el Comisionado por el Reto Demográfico, Jaime Izquierdo, que fue uno de los ponentes en la Comisión para la Reconstrucción en el Congreso. El fenómeno de la despoblación no es nuevo ni en Asturias ni en España. Desde los años 60, miles de personas han abandonado pueblos y capitales para buscar una "vida mejor" en las ciudades. Según el Instituto Nacional de Estadística, en España hay 3.225 aldeas o núcleos de población en los que no vive nadie. Asturias y Galicia aglutinan 2.304 de esas localidades que tiene el Instituto público registradas. Asturias es la que más pueblos sin habitantes tiene, en total 690. Esto quiere decir que el 9% de las localidades asturianas, un total de 6.939, están vacías. Si en algo coinciden los especialistas es en diagnosticar una compleja solución para un problema que en ningún caso desaparecerá en años, aunque las ayudas sí contribuyan a ello.