Los buenos datos que Asturias cosechó en los meses de julio y agosto en materia de hostelería y hotelería, confirmándose como la región con mayor porcentaje de ocupación hotelera de España, no compensan las pérdidas sumadas por el sector durante los meses de confinamiento. Así lo aseguraron ayer los representantes de los distintos sectores de la hotelería y la hostelería en el Principado, que remarcan que, tras el verano, "a partir de ahora viene lo difícil".

"Nadie esperaba un verano tan bueno como el que tuvimos, pero en materia de rentabilidad no lo fue tanto", remarcó el presidente de la patronal turística Otea, José Luis Álvarez Almeida, que aseguró que, aunque los locales tanto hoteleros como hosteleros "estaban llenos", se produjo una bajada en la facturación, a lo que se suma que "es más caro abrir a causa del coronavirus" por el gasto derivado en materia de seguridad sanitaria, como mascarillas o productos de desinfección. Así se desprende de una encuesta realizada por Otea en distintos establecimientos de la región.

El sector más afectado es, sin duda, el del ocio nocturno, al que todos quisieron mostrar su apoyo. Pepe Reina, Presidente de la Asociación de Bares de Copas de Oviedo, cifró ayer en un 91% las pérdidas para el sector en el verano. Una cifra que sube hasta el 100% en el mes de agosto, donde tuvieron que permanecer cerrados, aunque en ciudades como Oviedo, Gijón o Llanes se están modificando las normativas para que puedan abrir en horario de día, algo que no terminan de ver con buenos ojos. "Perdemos nuestro valor diferencial, que es la música, sin ella estamos mutilados", explica Reina. "La gente no va a venir", vaticina.

Con todo, Reina hizo un "llamamiento desesperado" a la realización de un plan de reapertura de estos locales. De no ser así, piden la composición de una mesa de negociación en la que explorar "ayudas dignas" para el sector. "No queremos limosnas, queremos poder trabajar", explicitó ayer Reina, que asevera que "estamos ahogados, asfixiados", haciendo frente a los gastos y sin poder abrir sus puertas. Y advierte que habrá locales que se verán obligados a cerrar para siempre. El lunes en Oviedo realizarán su tercera manifestación pidiendo soluciones aunque, critican, "el Principado está ciego y sordo".El balance "devastador" del ocio nocturno choca con las cifras positivas de otros sectores, como es el caso de la hotelería. Los establecimientos hoteleros consiguieron frenar la caída y únicamente pierden un 8% de ocupación respecto al año pasado, pasando del 91% al 83%. "Es para estar satisfechos", aseguró Fernando Corral, de Otea, que remarca que las cifras son "mejores de lo que pudimos pensar". No obstante, pide no caer en "mensajes triunfalistas" ya que estas cifras únicamente sirvieron para "parar el golpe" tras los meses de confinamiento.

La hostelería se prometía un año muy positivo, tras las buenas cifras del primer trimestre del año, pero la llegada de la pandemia trastocó todos los planes. No obstante, el buen clima y la "permisividad" de los ayuntamientos hizo que Asturias se conformase como una región "privilegiada" en la que "pudimos trabajar, aunque con muchos inconvenientes". Así lo cree Javier Martínez, vicepresidente de Otea, que remarca que el 55% del sector "está satisfecho" con el verano, tras una campaña que "todos hubiéramos firmado antes de empezar".

Buenas cifras también en lo que a turismo rural se refiere. Tras perder el primer semestre del año, las cifras de la segunda quincena de julio y todo el mes de agosto fueron "muy buenas", con muchos establecimientos llenos, según explicó Jaime García, presidente de Arca -Asociación de Alojamientos Rurales de Asturias Principado de Asturias-. Además, la estancia media "subió de los tres o cuatro días a una semana" y alabó que "no se subieron los precios".

"Fue nuestro año". Así de claro se mostró Ignacio Pantiga, de la asociación Campings de Asturias, que aseguró que el sector llegó a manejar cifras de ocupación por encima del 90%, con lo que "hemos venido para quedarnos".

Y para que se queden esas buenas cifras más allá del verano, Álvarez Almeida insistió en la necesidad de que el Principado escuche al sector hostelero antes de tomar medidas que les puedan perjudicar. "Cuando nos sentamos y hablamos y negociamos, las cosas salen bien; pero cuando el Gobierno toma decisiones sin consultarnos, acaban saliendo mal", remarcó el presidente de la patronal turística asturiana.