A solo un día del inicio de las clases, muchos colegios informaron ayer a las familias de que la jornada reducida se aplicará finalmente este mes. El motivo: una vez más, el cambio de criterio de la Consejería de Educación, lo que ha indignado a los padres de alumnos. El departamento de Carmen Suárez había decidido en un principio que todos los centros empezasen a pleno rendimiento y sin el recorte horario que todos los años se aplica en septiembre y en junio. Con esa decisión, quería compensar el retraso de 8 días lectivos en la vuelta a las aulas.

Sin embargo, esta medida ocasionaba problemas en el transporte escolar -las empresas tenían dificultades para cuadrar las líneas- y obligaba a los niños a comer muy tarde en sus casas al no funcionar el servicio de comedor hasta octubre. La Dirección General de Planificación e Infraestructuras Educativas envió el viernes un email a los directores anunciando el cambio: "(...) En aquellos centros que de forma habitual su comedor escolar entra en funcionamiento el 1 de octubre de cada curso escolar, podrán reducir su horario. Es decir, establecer el horario habitual de cursos anteriores en septiembre y junio, de tal forma que el horario lectivo sea compatible con el servicio de transporte". No obstante, no todos los centros lo aplicarán.