Numerosas entidades representativas del mundo rural han firmado una carta dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que reclaman la declaración oficial de la caza como actividad esencial. Entre esas entidades se encuentra la Federación Asturiana de Caza, que preside, desde hace diez años, Valentín Morán, quien defiende la necesidad de que esta práctica se mantenga activa, más en esta época, por la regulación de las poblaciones de fauna que realiza, ayudando así a evitar daños en las cosechas y campos, y también accidentes en carreteras.
-¿Por qué piden que la caza se declare actividad esencial?
-Entendemos que es esencial porque la caza es la corrección anual que se hace de las especies, ayuda a frenar su proliferación y los efectos que tiene la superpoblación, como son los daños en la agricultura, el riesgo de transmisión de enfermedades o provocar accidentes de tráfico. Ya hay bastante población haciendo la medida de corrección de forma anual, ¿cuánto más habría si no se actúa?
-¿Qué supuso para el sector el estado de alarma?
-A nivel económico afectó al sostenimiento de muchas sociedades de cazadores. Porque en esa época se venden recechos que sirven de apoyo y sustento económico para estas entidades. Pero a otro nivel no nos afectó, porque nos coincidió fuera de época de regulación de población que va de septiembre a febrero, no supuso pérdida.
-¿Ahora sí que supondría un mayor impacto si se decretara un confinamiento?
-Ahora es la época principal, sobre todo para regular las poblaciones de jabalí, de venado y también empieza el rebeco.
-¿Cómo es salir a cazar en la nueva normalidad?
-Aplicamos medidas genéricas, como para cualquier otra actividad. Se extreman las distancias, que en este caso no hay problema durante la práctica de la actividad. Si es rececho, se trata de una persona sola, y si es una batida estamos distanciados a 200 metros entre nosotros, ya por seguridad. Más problemas puede haber en los desplazamientos, se aconseja no ir en un coche lleno, y la organización de la actividad si antes se hacía en un bar ahora se hace fuera.
-¿Cómo valora el adelanto de la cacería del jabalí a agosto?
-El Principado tuvo a bien aprobarlo a petición de algunas sociedades que tenían algún problema. No en todos los cotos hubo cacerías, porque no es la época más propicia, la vegetación todavía está muy alta y hace mucho calor para los perros. Pero para cotos que tenían daños y necesitaban corregirlo estuvo bien, porque también pudieron calmar el ambiente con los afectados por los daños y repercute en lo económico en las sociedades, que son las que se tienen que hacer cargo de esos daños.
-¿Se considera que hay superpoblación de jabalí?
-En algunas zonas, sí. Tienen abundancia de alimentación, mucha maleza en el monte, a lo que ayuda el abandono del medio rural e incluso de fincas cerca de ciudades, donde encuentran refugio. De hecho, la densidad está en el entorno de las poblaciones, que es donde encuentran el alimento, porque ahora ya casi nadie recoge castañas, avellanas, frutas en general, queda mucho alimento y la proliferación es mayor.
-¿Cómo analiza la visión negativa que hay sobre la caza y pesca?
-Hay un mal entendimiento. Los medios de comunicación ayudan poco, los hay que van al morbo y en general existe desconocimiento de la problemática y la normalidad de estas actividades. Tenemos que hacer entender la realidad de la caza y por qué es necesaria, porque hacemos una regulación de las especies. Nosotros somos los primeros interesados en que una especie perviva porque queremos seguir cazando. Aparte, a nivel económico es una actividad fundamental para el medio rural, genera muchos miles de millones a nivel nacional y para Asturias es un atractivo turístico, viene gente a cazar de toda España y del extranjero.
-¿Tiene la caza relevo generacional?
-El envejecimiento del colectivo es visible, estamos perdiendo cazadores año tras año. Vemos que existe un desarraigo, los niños ya no nacen en los pueblos y no ven la caza como algo natural. También existen entre los jóvenes problemas económicos para practicar esta actividad y dificultad para compatibilizarlo con el trabajo.
