Era la escapada más deseada, pero el temporal la ha enfriado y obligado a posponer. Aún así, muchos asturianos planean acudir este puente a sus segundas residencias o reanudar actividades que los cierres perimetrales, ya levantados, obligaron a abandonar. Ayer no se produjo el éxodo masivo que se esperaba, pero sí más movimiento, sobre todo hacia supermercados y tiendas del centro de Asturias.
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Al ovetense José Fernández, con casa en Caravia, le urgía ir a comprobar su estado. De construcción antigua y problemas recurrentes con la calefacción, la visita era “obligatoria”. También para segar el césped, que “a saber cómo está desde el verano”, aunque reconocía que, con el temporal, las labores igual quedan “para otro día”. Otros viajan por placer, como Belén Quesada, que va a Ribadesella “ya con la calefacción puesta”. Tiene la instalación digitalizada y eso “compensa”.
Como ella, muchos otros irán a las urbanizaciones de la playa de Santa Marina para pasar el puente, después de tanto tiempo. “Demasiado”, apuntaba la vecina de Oviedo, que reconocía que “ya echaba de menos” la villa riosellana. A otros les echa para atrás el clima y el “cierre de la hostelería”. Sin cielos despejados ni gastronomía, el desplazamiento “se hace por cumplir”, dijo Fernández.
Volver a San Lorenzo
El cierre perimetral de Gijón alejó de la playa de San Lorenzo a un sector que tiene fijado este arenal como su Meca particular: los aficionados a la detección de metales. Dos de ellos, Iván Villar y Pablo Fernández, celebraban ayer la reapertura de la ciudad y ya preparan una nueva escapada a la playa para este martes.
Esta modalidad de ocio es segura de cara a la pandemia porque se hace a nivel individual o en grupos reducidos. Villar, de Barres, lleva cosa de dos meses sin pisar la ciudad. El joven, de 34 años, tuvo un breve momento de gloria el pasado julio, cuando promovió un amplio despliegue en San Lorenzo tras hallar un artefacto de la Guerra Civil. Pablo Fernández, que trabaja en Oviedo, también tiene San Lorenzo como lugar preferido de rastreo, pero dejó de hacerlo cuando se decretó el perímetro porque ninguna emergencia real le une a la ciudad. Tras la reapertura, los dos ya pueden retomar su búsqueda.
Se sigue sin poder entrar o salir de Asturias. Desde las dos de esta tarde hasta la medianoche del martes, la Guardia Civil, tanto la comandancia de Oviedo como la de Gijón, realizará controles fijos en el límite con Galicia, Castilla y León y Cantabria para impedir movimientos entre comunidades. Además, se establecerán puntos de verificación en rotondas o accesos a localidades turísticas para controlar que no lleguen a Asturias vecinos de otras regiones. La comandancia de Gijón, por ejemplo, realizará un centenar de controles, y la de Oviedo se moverá en cifras similares, a tres turnos.
Avilés y Corvera
Un ejemplo del movimiento que se hubo tras levantar los cierres fue Avilés. Se notó sobremanera en el centro comercial Parque Astur y en la también corverana avenida del Principado (la travesía de La Vegas y Los Campos). Aumentaron los vehículos que cruzaron el puente sobre el río Arlós, unos pocos metros que durante más de un mes separaron dos municipios que van de la mano. La llegada de avilesinos al hiper de Parque Astur dejó huella en el gran aparcamiento al borde de la autopista “Y”. La otra frontera avilesina (la de Castrillón) no notó las primeras horas de liberación como en días pasados, cuando los agentes locales encontraron a “multitud” de avilesinos fuera de su perímetro legal a orillas del mar en Salinas.
En las Cuencas, donde ya se puede salir de Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana, no se notó la libertad recobrada, según las policías. Allí también el mal tiempo enfrió el deseo de escapar.