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Los asturianos dejarán en tres meses de tener que viajar marcha atrás en tren hasta León

La obra que eliminará el actual “fondo de saco” e integrará el ferrocarril en la ciudad costará 27,4 millones y anticipará la llegada del AVE a Asturias

Los asturianos dejarán de verse obligados a viajar marcha atrás en tren hasta y desde León antes de tres meses, según las previsiones del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). La eliminación del “fondo de saco” de la estación de la capital leonesa en la línea de ferrocarril Madrid-Gijón, que llegará con dos años y medio de retraso sobre la previsión inicial, permitirá rebajar el viaje a la capital de España entre 15 y 20 minutos, y acabará con una situación que se prolonga desde 2011, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero eliminó por las bravas el paso a nivel del Crucero, en León, y provocó que las vías hacia Asturias dejaran de tener continuidad y que los convoyes tuvieran que maniobrar para continuar la marcha.

El fondo de saco desaparecerá a finales de este año, al quedar soterradas las vías en el centro urbano de la ciudad y darles continuidad hacia Asturias, pero las pruebas de circulación, obligatorias por ley, retrasarán su puesta en servicio unos meses. Solo entonces los pasajeros procedentes de Asturias podrán viajar de nuevo en el sentido de la marcha, de cara, como hacen los del resto de España. La culminación de la obra supone asimismo un paso más para que la alta velocidad llegue a Asturias, algo que debió suceder en 2010, según las previsiones cuando se licitaron las obras de la variante ferroviaria de Pajares, en 2003.

El porcentaje de ejecución de la obra de integración del ferrocarril en León se situaba ya por encima del 95 por ciento hace un mes, según las cuentas de Adif, y el presupuesto vigente se sitúa en 27,4 millones de euros. Es poco más de la mitad del presupuesto de licitación, publicado en diciembre de 2015, cuando se calculaba que la ejecución del proyecto costaría 50,18 millones, IVA incluido. El contrato se adjudicó en “solo” 24,84 millones y se formalizó en mayo de 2016, con un plazo de ejecución de 24 meses, por lo que las obras debieron acabar en abril de 2018.

Sucesivas paralizaciones, algunas de ellas achacadas por el Ministerio “al mal tiempo”, motivaron el retraso en la finalización de una obra que todavía el pasado mes de marzo tuvo que ser objeto de una modificación de contrato, que obligó a Adif a desembolsar otros 687.000 euros. Una modificación que se aprovechó para ampliar también el plazo de ejecución, de los 24 meses pactados inicialmente a 46. Fue una mera “operación de maquillaje”, porque esos 46 meses se cumplían, precisamente, en marzo, cuando se firmó la modificación.

Esquema de las vías de la estación de León

El contrato de la obra de soterramiento, según reveló Adif, quedará terminado este año, “si bien alguno de los contratos asociados, como catenaria e instalaciones de seguridad, podrían extender sus trabajos hasta las primeras semanas de 2021”. De tal manera que la fecha prevista para la entrada en servicio será “el primer trimestre del 2021”, aunque la fecha concreta definitiva dependerá “del desarrollo de los procesos de certificación de interoperabilidad y riesgos”, señaló Adif.

El final de la obra se ha hecho esperar. Mucho. Los trabajos comenzaron en octubre de 2016 y dos años más tarde, cuando ya la obra tendría que haber finalizado, el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, prometía en un viaje a Asturias que los trabajos concluirían a finales de ese mismo año.

Pero solo unos meses más tarde, tras el cambio de gobierno, ya con el socialista José Luis Ábalos al frente del Ministerio de Transportes, el Ejecutivo central revisaba el calendario, acusaba al PP de haber lanzado promesas imposibles y señalaba que la integración del ferrocarril en León concluiría “en la primavera de 2019”.

Nuevo incumplimiento. ¿La excusa gubernamental? “Contratiempos” como la aparición de conducciones subterráneas que no figuraban ni en los planos ni en los estudios previos de la obra, así como el “mal tiempo” registrado en la capital leonesa durante buena parte de 2018. El Ministerio lanzó entonces una nueva fecha para el fin de la obra: finales de 2019. Una fecha que tampoco se cumplió, aunque en este caso no se ofreció ninguna explicación oficial sobre ese enésimo retraso. El último compromiso, ahora, es que los viajeros asturianos podrán viajar en el sentido de la marcha hasta Madrid, todo el trayecto, antes del 31 de marzo de 2021.

La maniobra que los trenes de Asturias realizan en la estación de León y que obliga a viajar marcha atrás desde Gijón para luego continuar en el sentido de la marcha hacia Madrid empezó a realizarse en los primeros meses de 2011. Y aunque en un primer momento se aseguró que ocuparía unos ocho minutos, en realidad retrasa el viaje entre un cuarto de hora y 20 minutos.

El Gobierno anunciaba en ese 2011 que la llegada de la Alta Velocidad a León, prevista para 2012, permitiría liberar la mayor parte del corredor ferroviario por el centro de la ciudad, incluyendo el conocido paso a nivel del Crucero. A partir de ahí, y para garantizar el tránsito de los trenes, Adif construyó una variante por el sur de la capital, que da acceso a la estación provisional del AVE, pues la que funcionó hasta entonces quedó anulada al ubicarse en el territorio liberado por la operación de las vías. Esa terminal provisional está en el fondo de saco que quedará eliminado con la obra en ejecución. Una vez concluidos los trabajos comenzará la circulación en pruebas. La última palabra para la apertura al público quedará en manos de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, que debe dar el visto bueno definitivo.

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