Hoy, más que nunca, está claro que Mirta Rodríguez y su marido, Santiago Otero, son una pareja muy apegada al lugar en el que viven, Villayón. Como buenos emprendedores saben que continuar adelante, tanto en el medio rural como en cualquier otro espacio, supone estar en una permanente evolución y adaptándose a cada momento que toca vivir, por eso no dejan de emprender cada cierto tiempo para seguir viviendo y trabajando en Villayón. Ella, que está al frente hace muchos años del hotel y restaurante El Torneiro, se suma con la familia a la crianza de bueyes de la raza asturiana de los valles como un valor en alza.
“Yo soy de Boal. Cuando me casé vine a vivir a Villayón. Estuve un tiempo como auxiliar de farmacia, pero pronto decidimos rehabilitar la casa de mi suegro y convertirla en hotel y restaurante. Se llama El Torneiro porque ese era su oficio y por el que siempre fue muy conocido en la zona”, recuerda esta mujer que, como quienes están al frente de un negocio de hostelería, sufre las consecuencias económicas de los cierres del negocio por la pandemia. “Este ha sido un año muy difícil, tanto por el covid, que ya en sí es terrible, como a nivel económico. Un año tremendo, muy duro para todos, sin duda. Estamos deseando que termine y mirar a 2021 con más esperanza de que aguanten la mayor parte de los negocios, de que podamos resistir y volver a trabajar como en 2019”, afirma.
Sin embargo, su capacidad de emprendimiento sigue firme y batalladora, pues van a aprovechar los primeros meses de 2021 para renovar parte de sus instalaciones y hacer una obra de mejora importante. Junto a ella, como apoyo constante, está su familia. También se mantiene la apuesta fuerte por una ganadería, la de El Torneiro, de la que espera recoger sus primeros frutos a finales del próximo año pues la cría de bueyes, como ella misma explica, no es de un día para otro, se necesitan unos cuantos años para lograr buenos animales para carne.
“La gente quiere venir al campo, pero con buenas carreteras e internet, para vivir y trabajar”
“Se ha formado una sociedad familiar que engloba todo: el hotel, el restaurante y la ganadería, todo bajo el mismo nombre. Hace seis años vimos que había potencial en la cría de estos animales. Tanto la familia de mi marido como la mía tenemos terrenos y empezamos comprando seis. Actualmente, tenemos unas 32 cabezas de ganado, pues también sumamos algunas vacas de asturiana de los valles, raza a la que pertenecen todos. Tenemos seis bueyes de 5 años, otros seis con 4 años y otros seis de 3, junto con otros seis que vamos a capar este año. Yo creo que para finales de 2021 comenzaremos a comercializarlos”, matiza esta hostelera, que añade: “Creo que en la zona debemos de ser de los primeros restaurantes con ganadería de buey propia. Estamos muy contentos porque además la vamos a ofrecer aquí, como carne de nuestros animales”, dice.
Sobre Villayón considera que, actualmente, es mucho más conocido que antes a nivel turístico por las cascadas de Oneta, siendo un lugar que cada vez tiene más afluencia de visitantes. Por eso, y en cuanto a emprender en su zona, cree que son necesarias todavía mejoras en carreteras, menos burocracia y una buena conexión a internet, “algo muy importante si queremos que la gente venga a vivir aquí, porque la gente quiere venir, pero teniendo buenos accesos en todos los sentidos”, explica esta mujer que, por otro lado, anima a los emprendedores rurales a dar el paso: “Si tienes ilusión y no te da miedo emprender en el campo, adelante, no hay que pensárselo mucho. Hay que arriesgar, ser valiente y tirar adelante con ello”.