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Lío por las mascarillas de tela que Educación dio a los docentes: "Son un trapo”

Los sindicatos acusan a Salud de “encubrir” la deficiente gestión del covid por parte de la consejería de Carmen Suárez en los centros y exigen protectores FFP2 “para todos los profesores”

La consejera de Educación Carmen Suárez

Al frío en las aulas, a la semipresencialidad en algunas etapas y a las carencias en el transporte escolar, la consejería de Educación suma un nuevo frente: las mascarillas de tela. Los profesores estallaron ayer contra el Principado, tras desaconsejar los sanitarios del Caudal el uso de protectores de tela y enviar después Salud una “nota aclaratoria”, en la que excluyen de estas las mascarillas de tela que la propia Administración repartió a comienzos de curso entre los centros. Los sindicatos acusan a Salud de “encubrir la cuestionable gestión de prevención y salud laboral que está realizando la consejería de Educación” y exigen que se proporcione a todo el profesorado, por el riesgo que asumen, mascarillas FFP2. “De los cubrebocas de tela que nos dio el Gobierno no nos fiamos, son un trapo”, afirmaron.

La polémica se desató este miércoles al trascender un correo electrónico que el área sanitaria VII, que agrupa a Mieres, Lena y Aller, envió la semana pasada a centros educativos de la zona recomendando sustituir las mascarillas de tela por las quirúrgicas o FFP2. El motivo de ello, explican, es que “cuando se identifica un caso positivo de coronavirus entre el profesorado, resulta difícil conocer cuál es la normativa concreta de esa mascarilla, así como el número de veces que ha sido lavada o las prácticas de uso”. Así pues, añaden, “nos gustaría recomendaros el uso de las mascarillas quirúrgicas o FFP2 y que, en el caso de querer utilizar una de tela por cuestiones estéticas o corporativas” se haga siempre con otra de mayor protección debajo.

A raíz de ello, el profesorado se llevó las manos a la cabeza: los sanitarios estaban desaconsejando un tipo de mascarillas que la propia consejería de Educación había repartido en colegios e institutos. En concreto, la Administración aportó –al menos en la pública– tres mascarillas de tela blanca a cada docente. Se trata del mismo cubrebocas que la consejera Carmen Suárez utilizó y llevó, en varias ocasiones, a la Junta General del Principado. Dado el revuelo, a última hora de este miércoles la consejería de Salud sacó una “nota aclaratoria” diciendo que en “ningún caso” el área VII aludía “a las mascarillas de tela que el Sespa hace llegar a la consejería de Educación para su distribución y uso, que están debidamente homologadas”, sino que “se refiere exclusivamente a unas mascarillas de tela repartidas en algunos centros con el logo de los mismos”.

Los profesores ayer no paraban de hacerse preguntas, a la vez que aseguraban que son pocos los centros con mascarillas corporativas y, los que las tienen, están también “debidamente homologadas”. En cualquier caso, no entendían por qué los cubrebocas de Educación quedan excluidos de una recomendación que los sanitarios hicieron en base a que es difícil saber el número de lavados o las prácticas de uso del material. ¿En ese cajón no entran todas las mascarillas de tela, incluidas las del Principado? Y para colmo, los docentes “no se fían” de los protectores proporcionados por la Administración, como así trasladaron ayer más de 200 a CC OO. Algunos incluso hasta tiraron de ironía: “La única mascarilla que proporcionó Educación es ese trapu de sábana usada”.

El sindicato fue especialmente duro con el departamento de Carmen Suárez. “La Consejería, lejos de reconocer el error y depurar responsabilidades, sigue sin aclarar el origen incierto y la homologación de estas mascarillas”, denunció su secretario general, Borja Llorente, que ayer, a raíz de la polémica, realizó una consulta entre los centros de las Cuencas. Y el resultado fue que “la inmensa mayoría no realizaron mascarillas corporativas”; es más, “se da la circunstancia de que un centro que sí las hizo no ha registrado ningún caso entre el profesorado”.

Borja Llorente (CC OO): “La Consejería, lejos de reconocer el error y depurar responsabilidades, sigue sin aclarar el origen incierto y la homologación de estas mascarillas”

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“Parece claro que Salud pretende encubrir la cuestionable gestión de la prevención y salud laboral que está realizando Educación”, remarcó Llorente. Solo los docentes de Infantil, Pedagogía Terapéutica o Audición y Lenguaje están recibiendo mascarillas FFP2 por parte de Educación; todo ello a raíz de una denuncia que hizo CC OO ante Inspección de Trabajo. El resto de profesionales tienen que comprar cubrebocas de alta protección con dinero de su bolsillo.

En este sentido, la exigencia de UGT desde inicios de curso siempre fue la misma: que se proporcionase a todo el profesorado mascarillas FFP2. Sin embargo, criticó su secretario general, Cristóbal Puente, la respuesta de la Consejería no cambió: “Se ha dado al profesorado las mascarillas adecuadas para garantizar la seguridad”. La propia Consejera defendió, incluso con vehemencia, en la Junta la calidad de las mascarillas. No se aceptaron las experiencias personales de muchos docentes que “cuando se acercaron a hospitales y centros de salud les animaron a no utilizarlas porque no ofrecían las mínimas garantías”. “La realidad –continuó denunciando Puente– es que el profesorado no utiliza las mascarillas de la Consejería. No se fía de ellas y hace bien según las indicaciones del Área Sanitaria VII. Y el propio servicio de salud recomienda al profesorado las FFP2 que no proporciona la Administración”.

Cristóbal Puente (UGT): "El propio servicio de salud recomienda al profesorado las mascarillas FFP2 que no proporciona la Administración"

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En esto mismo insistió Xosé Lluis Colodrón, de SUATEA. “Dice Salud que son buenas... Pues vale, pero siempre dudamos de su homologación”. El sindicato docente pide, como el resto, que la Consejería proporcione a todos mascarillas de máxima protección, ya que los presupuestos de los centros “son escasos y no dan para todo”. CSIF, que ya anunció que llevaría el tema ante Inspección de Trabajo, señaló que sus afiliados dicen que el correo electrónico remitido a centros del Caudal “se refiere a las mascarillas de tela que facilitó Educación a comienzo del curso”. “Llevamos pidiendo insistentemente mascarillas FFP2 para los docentes y en reuniones con la Administración se nos contestó que, si las compraban para todos los docentes, habría que renunciar a los equipos informáticos, que no había dinero para todo”, criticaron.

La concertada, aún peor

En la concertada, según manifestó el sindicato mayoritario, OTECAS, la situación es peor. La Consejería ni siquiera dota de FFP2 a los grupos más vulnerables. “Presentamos un escrito el 30 de octubre y todavía no nos contestaron”, se quejó el secretario general, José Manuel Cueto. OTECAS considera que la polémica es “un poco estéril, ya que si el centro utiliza mascarillas de tela corporativas y estas están homologadas igual que las que entrega la Consejería, deberían proteger igual”. En los colegios sostenidos con fondos públicos sí que son más frecuentes estas mascarillas, pero, insisten, “están homologadas”. “A la concertada no se le da ninguna mascarilla. Son los centros los que se encargan de adquirirlas. La Consejería se comprometió con ellos a darles una partida para sufragar los gastos, sin embargo a día de hoy todavía no cobraron ni un euro”, sentenció.

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