Los establecimientos de hostelería y restauración solo son el origen del 2,33% de los contagios por covid-19, según un informe del Ministerio de Sanidad. La mayoría de los brotes se concentran en las reuniones familiares y de amigos y en el ámbito laboral, mientras que el sector hostelero se sitúa ligeramente por detrás de los hospitales.

La patronal regional del sector, Otea, reiteró ayer que “estos datos son oficiales” y no hacen más que darles la razón: “Llevamos meses diciendo que somos la cabeza de turco. Cuando los políticos no saben qué hacer frente a los contagios, cargan contra nosotros, pero aún no han explicado por qué, en qué se basan”. En el estudio de Sanidad no figura el transporte público.

Las estadísticas no sostienen la influencia de la hostelería en el avance de los contagios durante esta pandemia. Un informe anterior del Ministerio de Sanidad, durante la segunda ola, ofrecía una radiografía bastante similar, situando el origen de los brotes en bares y restaurantes en el 3 por ciento. Tampoco se sostiene que en comunidades autónomas donde hay cierre total de negocios o con duras restricciones tengan los contagios al alza, mientras que en otras menos restrictivas van a la baja. Como ejemplo están Valencia y Madrid, respectivamente.

Muchos epidemiólogos y virólogos coinciden en que durante la lucha contra el covid-19 se debe cerrar el interior de los bares y restaurantes, y si se mantienen operativas las terrazas debe ser con estrictas medidas de seguridad para garantizar entre dos y tres metros de distancia entre las mesas, además de llevar la mascarilla puesta en todo momento, retirándola solo para ingerir o beber, y con un número limitado de 4 personas por mesa. Señalan que son lugares de ocio donde los ciudadanos se confían y relajan la protección.

La mayoría de las autonomías han seguido a rajatabla estas instrucciones, incluso han ido más allá con el cierre total de los negocios. Pero las cifras de contagios no han dejado de subir.

Así, hay cierre total o en parte del territorio en nueve comunidades: Asturias (Avilés, Castrillón y Corvera), Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Murcia, La Rioja, Extremadura, Comunidad Valenciana y Baleares.

En Cantabria, Canarias y Aragón solo se permite el consumo en las terrazas y con restricciones de aforo. Y luego hay otras con restricciones horarias, que son País Vasco, Madrid –la que menos–, Andalucía y Cataluña, que acaba de ampliar la apertura con horario partido, de 8.30 a 11.30 y de 13.00 a 17.30 horas después de reducir la atención al público a un máximo de cuatro horas.

Por comunidades

Con todas estas restricciones, llama sin embargo la atención el número de contagios, que no solo no se consigue doblegar, sino que se ha mantenido en el tiempo.

Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana, donde se ha prorrogado de nuevo el cierre de la hostelería hasta el día 15, la tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 1190,5 casos por cada 100.000 habitantes. En Madrid, con restricciones horarias desde hace solo unos días y que en Navidad permitió la apertura de locales, la tasa es de 860,5 casos por cada 100.000 habitantes. Cantabria, con las terrazas abiertas, tiene una tasa de 349,9 y Murcia, con cierres totales o parciales, está en 771,7 casos por cada 100.000 habitantes.

La, al menos, aparente discordancia que se revela entre las restricciones y cierres de la hostelería y las cifras de contagios –actualizadas ayer por el Ministerio de Sanidad– parece reforzarse con los estudios oficiales sobre el origen de los brotes. El sector hostelero, con un 2,3 por ciento de los contagios respecto al total de casos desde mayo, se sitúa al nivel de los hospitales (2,4), según Sanidad.

El origen de los contagios se sitúa en un ámbito mixto, que es el epígrafe que recoge la mezcla entre las reuniones familiares y de amigos y el trabajo

En primer lugar, destaca el origen de los contagios en un ámbito mixto, que es el epígrafe que recoge la mezcla entre las reuniones familiares y de amigos y el trabajo, que se sitúan en segundo y tercer lugar, respectivamente. A continuación, están las residencias geriátricas, las reuniones familiares de no convivientes, los centros educativos, los temporeros, los hospitales y la restauración.

Faltan solo un mes y unos días para que se cumpla un año del primer estado de alarma y el inicio de un confinamiento que se prolongó durante más de dos meses y que vino seguido de una desescalada con restricciones y la que el Gobierno bautizó como “nueva normalidad”. Pero nada ha vuelto a ser normal y la hostelería, el turismo y el ocio nocturno han sido los sectores más castigados durante toda la pandemia.

El presidente de Otea, la patronal de hostelería y turismo en Asturias, José Luis Álvarez Almeida, señaló ayer que “el sector no habla ni se fía de lo que se escribe en las redes sociales, sino de los datos que son oficiales. Y los datos del Ministerio de Sanidad lo son y demuestran lo que nosotros, tanto en Asturias como en el conjunto del país, venimos diciendo desde hace meses”.

Almeida incidió una vez más en que “alguien debería explicar por qué la hostelería es la cabeza de turco; por qué cada vez que suben los contagios cierran nuestros locales, cuando los datos oficiales indican que no son el origen de los contagios, y la realidad es que el cierre de locales no funciona en los territorios, porque las cifras siguen aumentando”.