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“Fichar talento” y recursos externos, recetas de los exrectores del siglo XXI

Vicente Gotor y Juan Vázquez piden atención a la reestructuración de las plantillas y a las relaciones entre la Universidad y el Principado

Vicente Gotor y Juan Vázquez.

Ignacio Villaverde hereda la Universidad en un ecosistema de “cambio radical”, y ahí, “quien se queda atrás está en fuera de juego”. Con esa premisa de partida, así expresada en los términos en los que la formula Juan Vázquez, se advierte de que la lista de tareas va a ser larga. La experiencia acumulada por Vázquez y Vicente Gotor, los exrectores de la Universidad de Oviedo en el siglo XXI, anota en la agenda del nuevo rector electo una relación expansiva de retos pendientes que incluirá una reestructuración y un rejuvenecimiento de las plantillas, una fórmula para el fichaje de talento y otra para la captación de recursos externos, una inversión en digitalización y una relación con el Principado que sea “fluida”, o que al menos ajuste bien los papeles de las dos partes.

Vázquez y Gotor, rectores desde 2000 y hasta la llegada, en 2016, de Santiago García Granda –que todavía lo es en funciones–, ordenan prioridades en torno a las reformas en las plantillas, la financiación, la investigación, la retención y captación del talento… Desbrozando la enorme tarea y priorizando las urgencias, los primeros acentos deberían estar puestos, se lanza Vázquez, sobre la necesidad de “rejuvenecer las plantillas y fichar talento de fuera”. El exrector del cambio de siglo (2000-2008) vincula a ésta la obligación de “identificarse con algunos segmentos de prestigio en investigación y docencia” y la conveniencia de “tener emblemas y buques insignia” que remite a la disponibilidad de “másteres y doctorados de calidad”.

En la Universidad que viene urge además, sigue el economista, “captar recursos externos. No se puede ser continuamente una orden mendicante” respecto al Principado, conviene compatibilizar esa diversificación de las fuentes de financiación con la firmeza en la exigencia al Gobierno de una “política universitaria consistente” que hasta ahora, a juicio de Vázquez, no ha tenido.

La cuarta parte de la tarea apremiante deviene directamente de las dificultades insólitas de la docencia y la investigación en pandemia. “Hay que hacer una inversión muy fuerte en digitalización”, avanza el exrector. “Hemos salido de milagro de esta pandemia”, pero aquí no se pretende sólo sobrevivir. El futuro va muy rápido, hay que correr para alcanzarlo y hasta ahora “lo que estamos haciendo es muy precario en comparación con las universidades punteras. Tanto en soportes como en adecuación de los contenidos…”.

En su lista de deseos, Vicente Gotor pronuncia sintonía y “relación muy fluida” con el Principado, primero por su condición de “ente pagador” de la Universidad, pero también como colaborador necesario por ejemplo para articular “una plantilla de investigadores” que en el mundo ideal del exrector se parecería mucho al “Ikerbasque”, la Fundación Vasca para la Ciencia, el entramado que ha impulsado a la Universidad del País Vasco desde una situación en la que hace veinte años “estaba naciendo” al estado actual de “un nivel altísimo”. Gotor anima a explorar modelos de “financiación público-privada que permitan fichar a grandes investigadores y ofrecerles contratos estables a cinco años” y anima a tender puentes hacia el Ejecutivo regional también para “abordar las nuevas titulaciones” después de un mandato en el que los vaivenes del nonato grado de Deportes “han creado un desasosiego tremendo”. “Tenemos que plantearlo bien”, afirma, “valorar qué estudios tienen empleabilidad, o que a lo mejor hay que eliminar algunos, reasignando al profesorado y sin echar a nadie”, aclara el químico.

Emerge aquí “otro reto del que ya hablaba en mi época”, avanza, diseñar una Universidad con “menos másteres, pero de mayor calidad”, porque “no vale que cada departamento o grupo de investigación tenga el suyo, cuando a veces no hay ninguna demanda”, o la oportunidad que el universo digital abre en todo el mundo, pero a su juicio muy especialmente en Latinoamérica. “Es un mercado importantísimo”, resalta, “en el que otras universidades, incluso privadas, están captando mucha gente mediante la docencia telemática y que sería una buena idea para hacer frente a otro de los retos ante el que apenas se ha hecho nada en estos últimos años”.

Gotor sabe algo de apreturas financieras y crisis económicas, sufrió la última en el rectorado (2008-2016), y afirma que en las relaciones Universidad-Principado “no vale decir que me tienen que dar veinte millones más cuando tengo superávit. En mi época teníamos veinte menos y nunca tuve enfrentamientos con el Principado…”. Habla también de elevar la plantilla de médicos vinculados –“en mi etapa había ochenta y no sé si ahora llegarán a la mitad”–, asume el propósito de Villaverde de “reducir la burocracia” e implantar la contabilidad analítica y le reclama “una reestructuración de plantillas en el personal docente e investigador y en el de administración y servicios”. En el primero “hay una importante descompensación por áreas”; en el segundo, “debe haber una nueva relación de puestos de trabajo. Nosotros la hicimos. El rector saliente no ha hecho casi nada…”.

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