Ayer se inició la vacunación de la plantilla del centro penitenciario de Asturias, eso sí, los menores del 55 años, que acudieron al HUCA para recibir las dosis de AstraZeneca, no indicadas para los trabajadores de más edad. Por ese motivo, solo recibirá la vacuna entre un 20 y un 30 por ciento de la plantilla, debido al envejecimiento de la misma. El sindicato mayoritario ACAIP, por ejemplo, indica que el 80 por ciento de los más de 400 trabajadores del centro son mayores de 55 años, por lo que ha exigido que se administre a los funcionarios de prisiones las vacunas de Pfizer o Moderna. Datos que maneja la asociación “Tu abandono me puede matar” indican que la media de edad de los 421 trabajadores es de 55 años, superior en el caso de la plantilla masculina, integrada por 331 funcionarios, con un promedio de 56 años.
Los funcionarios consideran que debe inmunizarse además con urgencia tanto al personal como a los internos, porque los primeros son considerados esenciales y los segundos “son un grupo de riesgo en establecimiento cerrado propicio para la transmisión del virus”.
Los contagios en la prisión de Asturias han sido mínimos durante la pandemia. Varios funcionarios se infectaron en el exterior de la cárcel, lo que obligó a aislar hasta cinco de ellos. También se aisló momentáneamente algún módulo por sospecha de contagios entre los presos. El único recluso con covid se detectó, sin embargo, hace unos pocos días, cuando acababa de ingresar.
