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Balance de la vacunación en los geriátricos asturianos: un 10% del personal no se vacunó y son vulnerables aún al covid 2.500 personas

“El virus sigue entrando de forma fluida en las residencias, sobre todo a través de trabajadores”, dice Salud en un informe

Una persona de un centro de mayores, momentos antes de vacunarse.

Tres semanas seguidas sin brotes en las residencias de ancianos y una evidente eficacia de la vacuna que se aplicó de forma prioritaria a los usuarios y al personal de los geriátricos asturianos ha generado que Asturias esté en disposición de aplicar una flexibilización en cuanto a las actividades e interacciones sociales que pueden tener estos centros. Los más blindados ante el covid junto con los hospitales.

Pero esa flexibilización de entradas y salidas en los centros, que debe servir para que los mayores de los geriátricos normalicen su contacto con familias y amigos, tiene sus riesgos y así ha querido exponerlo el Principado en el primer balance que se hace de la vacunación en los geriátricos.

Los que siguen son algunos de los puntos clave de ese balance que hoy han presentado las autoridades sanitarias.

-¿Cuántos usuarios de geriátricos están vacunados?

-En las residencias de ancianos viven unos 14.000 mayores y se calcula que un 5% no está vacunado, bien porque tuvieran alguna contraindicación o por rechazo. Eso supone 700 mayores sin inmunización.

-¿Cuántos trabajadores están vacunados?

-Salud tiene constancia de que un 10% de las trabajadoras de los centros (unas 800 personas) no se han vacunado, igualmente por rechazo o contraindicación. Hay una “gran variabilidad” según los centros. Otro hándicap en este aspecto, como refleja el Principado, es que “hay una importante rotación de trabajadores en centros sociosanitarios”. "Animamos a todos los que no se han vacunado a que lo hagan; por ellos y también por todos los compañeros que se pueden proteger con su vacunación", apeló hoy Mario Margolles, coordinador del Observatorio de Salud de Asturias.

-¿Qué efectividad está demostrando la vacuna?

-Los datos epidemiológicos demuestran la gran reducción de la mortalidad y la morbilidad, “lo que significa que la vacuna está funcionando posiblemente en los términos previstos en la ficha técnica de la vacuna”. Pero eso no quita que no se hayan acabado los contagios. "Una persona vacunada puede enfermar y transmitir la enfermedad. La vacuna no ha demostrado efectividad para romper la cadena de transmisión", insistió Mario Margolles. Sí que parece que la alta vacunación en los centros está evitando tanto la alta mortalidad que hubo en la primera ola, como que se generen brotes (cuando hay más de tres casos simultáneos en un centro).

-¿Quién se contagia ahora?

-La evidencia actual es que los casos detectados recientes corresponden a dos grupos: personas que aún no han recibido las dosis necesarias de la vacuna y otras afectadas por fallos vacunales (se estima que es el 50% de los últimos casos). Eso implicaría que se concede “un 5% de inefectividad vacunal”. Lo que significa, dicen desde Salud Pública, que “el virus sigue entrando de forma fluida en las residencias, especialmente a través de personas trabajadoras (las más afectadas en estos momentos), lo que significa una gran capacidad de exposición” de los ancianos.

-¿Quiénes son más susceptibles al virus?

-Salud considera que una de cada 20 personas que viven en residencias “realmente no tienen inmunidad”, a las que hay que añadir las personas no vacunadas, que se estima que pueden ser ahora unas 1.000. “En estos momentos, y durante bastante tiempo, siguen siendo susceptibles al virus unas 2.500 personas de residencias”. A esa precaución que debe medir cada decisión se suma, además, que “gran parte de los efectos de la vacuna consisten en reducir la gran morbilidad (ingresos, fallecimientos) pero no en impedir la capacidad infectante o de contagio”, lo que supone que el virus pueda seguir llegando a “esas bolsas de personas susceptibles que significan el 11% de la comunidad residencial”.

-Un recordatorio sobre la vacuna: reduce el riesgo de la enfermedad pero no evita el contagio

-Los responsables sanitarios asturianos han querido reiterar una evidencia: “que la vacuna, tal y como está descrita, es capaz de poder reducir las complicaciones más graves de la enfermedad, incluso su sintomatología, pero no está descrito que tenga capacidad para cortar la cadena de transmisión”. Por ello, de momento la vacuna “es útil para disminuir la susceptibilidad individual de las personas, pero no para evitar que esas personas se infecten y puedan infectar a otros”. Un ejemplo: si una persona sale de la residencia, se infecta y posteriormente reingresa en el geriátrico, esa persona tendrá capacidad infectante, aunque él o ella pase la enfermedad de forma leve; de ello se deriva que “el aislamiento siga siendo imprescindible para proteger al resto de residentes”.

Con todas estas consideraciones hechas, el Principado afronta ahora una nueva instrucción para hacer la desescalada en los centros geriátricos en función de los niveles de riesgo que se perciban tanto por la situación del municipio como del propio centro. 

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