El Colegio Mayor San Gregorio escapa a la excepción que en teoría deja a las residencias fuera del alcance de la nueva Ley de disciplina universitaria, la norma recién aprobada que castiga los plagios, los acosos o las novatadas con la expulsión de hasta tres años de la Universidad. Aunque el texto, aprobado anteayer en el Consejo de Ministros, excluye de su ámbito de aplicación las infracciones cometidas en los colegios mayores, y se ciñe en exclusiva a los espacios de la Universidad, la residencia ovetense sí cabrá dentro del mismo régimen sancionador que cualquier otra dependencia universitaria por estar integrada orgánicamente en la estructura de la institución. La aclaración es del Rector, que ayer introdujo ese matiz, importante sobre todo para la nueva regulación de las novatadas, dentro de su análisis de la norma disciplinaria que impulsa el Ministerio de Universidades.
Ignacio Villaverde aplaude sin titubeos el título –Ley de Convivencia Universitaria, “sin el sesgo represivo” que tendría dar idea de disciplina o sanción– y el contenido de una actualización normativa que “urgía”. La Ley viene a sustituir a un reglamento de disciplina académica franquista (de 1954) cuya derogación se hacía “muy urgente”, valora el Rector. Y técnicamente “no tenía más remedio” que excluir de su ámbito de aplicación a los centros privados, al profesorado y al personal no docente. El Rector tira de su magisterio como jurista y explica que por un lado “no se puede imponer un régimen disciplinario a una entidad privada desde el Estado”; por otro, el personal laboral y funcionario al servicio de la institución “tiene su propia regulación” al respecto. Es por eso que se aplicará únicamente al estudiantado la norma que impulsa el Ministerio de Manuel Castells y que sanciona por primera vez con expulsiones de hasta tres años las novatadas, el plagio de un trabajo de fin de grado y máster o de una tesis doctoral y la discriminación por razón de sexo, entre otras infracciones.
El Rector ve los grados de Bellas Artes y Deporte “en fase de ocurrencia” y asegura el de Datos
El rector de la Universidad asturiana apuntó ayer, mientras tanto, entre las asignaturas pendientes de la institución el “mucho retraso” que acumula en la implantación del sistema de evaluación de la docencia. Después de plantear sus inquietudes y necesidades en la primera reunión de trabajo que mantuvo con la nueva directora de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), Mercedes Siles, Villaverde hizo votos por la puesta al día de la Universidad en los criterios del programa de seguimiento docente que patrocina la agencia, de nombre “Docentia”, de forma que la comunidad educativa lo perciba, ha dicho, “no como un modelo de evaluación más, sino como un sistema que nos va a ayudar a ser mejores profesores y a mejorar la calidad de nuestra docencia”.
Siles, que lleva apenas un año y tres meses en el cargo, prometió ayuda para la implantación del programa de gestión de la calidad de la docencia, que todas las universidades han de tener en funcionamiento este año, y lo puso en relación con la pretensión de que el “sexenio docente”, el sistema de recompensas retributivas derivado de la evaluación del profesorado, “se ponga en marcha el año que viene”. El “sexenio de transferencia”, para premiar la investigación con traspaso al mercado, podría estar ya en funcionamiento este año.
En el territorio de las posibles nuevas titulaciones que pueden enriquecer la oferta de la institución académica asturiana, el Rector ha recordado que la ANECA ya ha hecho su trabajo respecto al grado de Ingeniería de Datos en Gijón y ha anunciado que el proyecto está a punto de entrar en el Consejo de Gobierno del Principado para cubrir su último trámite : “En septiembre arrancamos”. Respecto a las demás opciones muy comentadas, repitió que los grados de Deportes o Bellas Artes están “en fase de ocurrencia”, que del primero no dispone de “un solo documento” y que está particularmente inmaduro el segundo. Ya lo había descartado con anterioridad y sigue siendo “inviable”, persevera. “No tenemos ni capacidad ni espacio, porque ya llegamos muy tarde a ese proceso”, asume, aunque sí aprecia una vez más “un hueco para la implantación de posgrados relacionados con las bellas artes” que aprovechen la potencia de la red museística asturiana.
