El sindicato USIPA exige cambiar el modelo de inspección y tramitación de los daños provocados por especies silvestres. Santiago Traviesa de Dios, delegado sindical de la Junta de Personal de Funcionarios y miembro de USIPA, denunció que nunca hasta ahora una “guerra” tuvo como objetivo por parte de todos sus contendientes destruir a los únicos que no participan en ella de forma activa o interesada. Pero es lo que ocurre “con la mal llamada ‘guerra del lobo’”, en la que siempre están “en el medio” los agentes del Medio Natural, pero “nunca se ha hecho esfuerzo alguno para entender la labor desarrollada por este colectivo profesional y en qué condiciones”.

Traviesa señala cuatro actores que “presionan la actividad de inspección de los daños de lobo”: los ganaderos, las asociaciones conservacionistas, las investigaciones judiciales y la Administración.

“Desde algunos sectores ganaderos siempre se ha puesto en duda nuestro compromiso en el cumplimiento y ejecución del Plan de Gestión del Lobo en Asturias, poniendo en duda sistemáticamente la capacidad y esfuerzo de los agentes que participan en los controles”, apunta Traviesa.

Los conservacionistas, por su lado, “presionan y fiscalizan nuestra labor de forma permanente en todos los ámbitos de nuestras competencias, generando en muchos casos dudas sobre la legalidad o no del trabajo desarrollado”, añade.

En cuanto a las investigaciones judiciales, los agentes se quejan de que su imagen y su crédito quedan salpicados cuando se les imputa “por realizar su trabajo con el procedimiento habitual”, pero “ni se menciona cuando se archiva” el procedimiento por supuesto fraude en la inspección de daños.

La Administración, finalmente, gestiona “con unas herramientas hoy en día agotadas” y una “carencia absoluta de protección jurídica en el desarrollo de la inspección de los daños”, porque la Consejería de Medio Rural “no aporta sus servicios jurídicos a la defensa de sus trabajadores”; es decir, “el propio agente tiene que costearse su defensa, algo inasumible para el colectivo”, señala Traviesa.

“Los agentes del Medio Natural somos una garantía del cumplimiento de la normativa medioambiental, pero parece que el ‘fuego amigo’ de los ganaderos que no se fían, de las investigaciones que se abren y de la propia Administración que no nos defiende, nos conducen a un cambio ‘sí o sí’ en los procedimientos para la inspección e indemnización de los daños producidos por especies silvestres en Asturias”, concluye.