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El covid sube la fiebre por la montaña: 6.000 federados más y baja la edad media

“Después de tanto encierro la gente tiene muchas ganas de experimentar el monte y la naturaleza”, señala Julián Ayuso, presidente del Grupo Auseva

Senderistas en la ruta del Cares, que une Poncebos, en Cabrales, con Caín, en León. | JUAN PLAZA

“Después de tanto encierro en casa la gente tiene muchas ganas de salir al monte, de respirar aire puro”. El montañismo y el senderismo están de moda. Este año hay casi 6.000 personas más federadas en Asturias que el pasado. Y los grupos de montaña no paran de recibir solicitudes de ingreso. La era postpandémica ha hecho que muchas personas hayan descubierto la montaña asturiana y hace brillar más que nunca la afición al montañismo, que vive una “época dorada”.

Juan Rionda, presidente de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA), señala que el “boom” de las licencias se registró, principalmente, hasta el pasado mes de abril. De tal manera que Asturias pasó de los 8.400 federados del año pasado a los actuales 14.300, un 70 por ciento más. Es la comunidad autónoma en la que más ha crecido el número de licencias de toda España.

Achaca parte de este incremento a que durante el estado de alarma el carné de federado permitía salir al monte y librar los confinamientos perimetrales de los concejos. “Mucha gente descubrió en la montaña una vía de escape, una opción de sentirse libre, de caminar sin mascarilla y de respirar aire puro practicando una actividad deportiva”, destaca.

José María de Saracho, presidente del Grupo de Montaña Ensidesa de Gijón, destaca que ha crecido exponencialmente la afición a todas las actividades al aire libre. “Muchas personas han descubierto los beneficios de caminar, de andar por la montaña”, señala el máximo responsable de un colectivo que suma 1.400 socios, lo que lo convierte en el más numeroso de Asturias y uno de los mayores de España. Asegura que aún hay muchas personas que prefieren salir al monte “por su cuenta, por libre, en coches particulares”.

Marino Muñiz, responsable de las actividades infantiles y juveniles de la Agrupación Montañera Astur Torrecerredo, que suma unos 800 asociados, ha constatado un notable incremento del número de personas que salen a la montaña y de inscripciones al grupo. “No sé si será una moda pasajera o si ha llegado para quedarse. No sé si cuando abran las discotecas se olvidará la vida saludable.”, señala. Reconoce que quizá en un primer momento influyó que el carné de federado era un “salvoconducto” para moverse, pero ahora que ya no existen esas ventajas “la gente se sigue federando, y en las actividades infantiles hay más demanda que ningún año”.

Indica que el año pasado parajes como los Picos de Europa ya estuvieron “a reventar”, pero defiende que este año esa querencia hacia la montaña es “algo más reflexiva, un cambio de mentalidad que está por ver si es pasajero o permanente. Estar tanto tiempo encerrados hizo reflexionar a mucha gente y quizá propició un cambio en la sociedad hacia hábitos de vida más sanos”, aventura Muñiz.

Julián Ayuso, presidente del Grupo de Montaña Auseva de Oviedo, ha constatado un importante incremento del número de interesados en federarse. “Este año federamos a diez personas y después paramos porque comprobamos que algunos lo hacían únicamente para pagar menos porque hacerlo directamente en la Federación es más caro”.

El grupo Auseva suma en la actualidad medio centenar de asociados y aunque no organiza salidas en autobús desde el pasado mes de octubre, algunos de sus socios sí realizan excursiones en sus vehículos particulares, a las cuales suelen apuntarse amigos y conocidos. Las salidas en autobús del grupo volverán en septiembre. “La gente tiene muchas ganas de salir al monte. Es algo psicológico, porque, después de tanto tiempo encerrados en casa, ahora que nos han abierto la puerta nos escapamos a donde sea”, añade.

Estela Alonso Rosete, presidenta del Grupo de Montaña Peña Santa de Cangas de Onís, destaca que el colectivo ha pasado de 170 socios el año pasado a 245 en la actualidad. Parte de ese éxito se debe a que, aunque no hubo salidas, el grupo organizó jornadas de formación subvencionadas para los socios. “Después de haber vivido el confinamiento, la gente tiene ganas de experimentar la montaña, la naturaleza, de salir y disfrutar. El confinamiento hizo mella en la gente”, comenta. El colectivo ya ha protagonizado este año varias salidas.

Sergio González, guarda del refugio de la vega de Urriellu, asegura que ya se ve en la montaña “bastante movimiento”. Hay mucho senderista y montañero “nuevo”, gente que antes del confinamiento no realizaba estas actividades. Y ha bajado notablemente la edad media en la montaña: “Antes estaba por encima de los treinta años y ahora se acerca casi a los veinte”. El handicap es que, de momento, siguen vigentes las restricciones para los refugios de montaña: solo puede ocuparse un tercio de las plazas; en el caso del de Urriellu, 32 de las 96 existentes.

González confía en que la buena marcha de las vacunaciones permita elevar en breve la ocupación hasta el 50 por ciento, como ya ocurre en otras zonas de España. También las reservas marchan a buen ritmo: para el mes de julio ya alcanzan el 80 por ciento. “Esperamos un verano movido, aunque habrá que mantener las precauciones porque la pandemia aún no ha acabado. Estamos en la recta final, pero es una recta larga”, alerta.

Javier Avín, responsable de compras de la librería Cervantes de Oviedo, señala que este año se está notando un incremento en la venta de libros relacionados con la montaña y el senderismo. “En esta época de primavera-verano siempre suele haber un ‘estirón’ en la venta de libros sobre rutas de senderismo y de montaña, pero este año se ha notado un incremento aún mayor” a raíz de la apertura que supuso el fin del estado de alarma, el pasado 9 de mayo.

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