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Una familia unida por la masa

Begoña López González regenta cerca de Luarca un obrador de productos sin gluten al que se han incorporado sus dos hijos

En la foto, Begoña López González, en el centro, con sus hijos, Daniel y Laura, en el obrador.

Raicedo es una pequeña aldea junto a Luarca, capital del concejo valdesano, al lado de la cual pasa el río Negro. En sus orillas se construyó hace muchos años un gran molino, de los que además contaba con vivienda en el piso superior. El edificio y el molino lo compraron los padres de Begoña López González, trasladándose a él desde Pontigón.

“Mis padres ya tenían molinos de agua. Cuando nos trasladamos a Raicedo yo tenía 4 años”, recuerda esta artesana del pan y la repostería sin gluten. Y añade: “Luego marchamos para Lugo por cuestiones laborales veinte años hasta que decidimos volver. Yo quería encontrar una forma de la que vivir aquí en Luarca y casi por casualidad empecé a hacer lo que veía hacer a mi madre en casa: empanadas, alfiladas, casadiellas, preñadinos, y comencé a ir por los mercados de Asturias a venderlo: aquí, en Grado, en Cornellana, donde iban saliendo, y vi que se vendían, que gustaban. Entonces les dije a mis hijos: ¿qué os parece si cogemos un localín en Luarca y abrimos una tienda? Y así empezó todo”.

El éxito de su producción hizo que contasen pronto con clientela propia y, entre esa clientela, con algunas personas que demandaban productos sin gluten. “De aquella solo hacíamos arroz con leche. Recuerdo que nos pasamos un invierno entero haciendo pruebas y al principio nos costó muchísimo, hasta que finalmente logramos ocho productos sin gluten y a partir de ahí continuamos para convertirnos en un obrador especializado en todo tipo de panes, repostería y otros productos sin gluten”, explica ella bajo la atenta mirada de sus hijos, que, como cada día, trabajan con ella. Ya pasaron seis años desde entonces y su producto no solo se conoce en el Occidente, sino que se reparte por toda Asturias con el nombre de Obrador El Molino.

Los continuadores del oficio son sus hijos, Laura y Daniel García López, quienes se unieron definitivamente a su madre hace seis años, cuando se especializaron en la producción sin gluten de bollería, repostería y alimentación.

Él, que estudió electricidad, estuvo trabajando un tiempo en Gijón. “Cuando me quedé sin trabajo empezaba mi madre con el obrador sin gluten y me uní al equipo con mi hermana”, dice. Por su parte, esta última, que estudió Educación Infantil y es madre de dos pequeños, de cinco y un año y medio, asegura que le encanta lo que hace: “A mí me gusta mucho. Cuando más trabajamos es cuando llegan los meses de verano y en Semana Santa. En otoño e invierno andamos un poco más calmados, para poder hacer el reparto”. Ambos hermanos tienen las tareas bien diferenciadas: Daniel hace el pan en sus diversas variantes, el hojaldre, los donuts y los cruasanes, y es quien suele trabajar por las noches; mientras, su hermana se dedica “a lo dulce, rosquillas, magdalenas, galletinas, todo eso”, sin olvidar el bollo mantecado, el arroz con leche o las casadiellas, por citar algunos productos, pues elaboran muchos.

Eso sí, quien se encarga de la tienda en internet es la madre, Begoña. “Lo maneja ella, que sirve para todo”, dice su hija sonriendo. Y es que trabajan mucho por encargo y, en su caso, muy a gusto, pues viven en una zona rural a un paso de Luarca, un lugar tranquilo donde criar a los niños. “Es verdad que Luarca está perdiendo población joven y se nota mucho en el invierno, pero nosotros estamos encantados aquí”, afirman los hermanos mientras trabajan.

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