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Una gripe benigna bajaría en 500 las muertes del invierno pasado en Asturias

Los decesos por coronavirus en noviembre y diciembre de 2020 dispararon la mortalidad global, que en 2019 había sido muy baja

Este pasado verano, en el Hemisferio Sur, donde era invierno, la circulación del virus de la gripe fue escasa. ¿Sucederá lo mismo este próximo invierno en Asturias? Nadie se atreve a responder esta pregunta, máxime después de veinte meses sin apenas gripe a causa de la pandemia de covid-19. A día de hoy, lo máximo que puede pronosticarse es que si la mortalidad global volviera a rondar los niveles de los años precedentes –sin incrementos reseñables– y el covid mantuviera su acusada tendencia actual a la baja, la región podría registrar este invierno entre 500 y 1.000 muertes menos que en los pasados, según una estimación fundamentada en estadísticas de ejercicios precedentes. Una premisa esencial: hablando de la gripe, conviene subrayar que cualquier predicción, por especializada que sea, puede naufragar ante una dinámica epidémica siempre imprevisible.

¿500 muertes al año por gripe? Es bien sabido que la gripe se cobra cada invierno varios centenares de vidas en Asturias. Años atrás, algunos estudios llegaron a cifrarlas en unas 500. Esta aseveración debe interpretarse de manera correcta: no es que la gripe de por sí cause la muerte, pero sí supone la puntilla para personas –por lo general de edades avanzadas– con la salud muy quebradiza y que ven descompensadas las patologías crónicas que padecen.

La irrupción del coronavirus. La temporada pasada fue una excepción, pues el coronavirus ocupó el lugar de la gripe y dio lugar al invierno con más muertes en las últimas décadas. En los años anteriores a la pandemia, el Principado registró un balance anual de diagnósticos de gripe que oscilaba entre los 32.287 registrados en 2016 y los 14.971 computados en 2018. En los dos primeros meses de 2020 se contabilizaron unos 23.000. A partir de marzo del año pasado, con la llegada de la pandemia de SARS-CoV-2, el virus gripal desapareció del mapa, y así hasta hoy. En todo lo que va de 2021, la red de médicos centinela de Asturias ha detectado 66 casos: una cifra sencillamente minúscula.

Vacuna y mascarilla. ¿Se disparará esta cifra con la llegada del frío invernal? Sin respuesta. Lo único seguro que sale de la boca de los expertos son dos mensajes. El primero: “Lo mejor es vacunarse si se pertenece a los grupos de riesgo”. El segundo: “Resulta fundamental mantener el uso de mascarilla en los espacios cerrados, los centros sanitarios y los transportes”.

La mortalidad de los inviernos. En cuanto a la mortalidad global, y centrándonos en los meses más fríos, tenemos que entre noviembre de 2020 y marzo de 2021 (segunda y tercera ola de la pandemia) se registraron en el Principado 6.940 defunciones. Casi 1.000 más que en el mismo periodo de un año antes (5.987) y casi 1.200 más que en el precedente (5.786 entre noviembre de 2018 y marzo de 2019). De esas 6.940 muertes, el Ministerio de Sanidad atribuye 1.448 al covid-19. Si las restáramos, nos quedarían menos decesos que en los inviernos anteriores. Pero, claro, es que la gripe y otras infecciones respiratorias apenas comparecieron a lo largo del invierno pasado. Y, a fin de cuentas, y aunque suene casi sarcástico, con gripe o sin gripe, con covid o sin covid, de algo tiene que morir la gente cuando alcanza edades muy avanzadas.

La pandemia dispara los decesos. El año 2020 registró en Asturias una mortalidad global muy elevada: 14.570 fallecidos en total, la cifra más elevada en varias décadas. Casi 1.700 muertos más que en el año anterior. Sin lugar a dudas, el covid-19 explica buena parte de este salto. En concreto, el Ministerio de Sanidad le achaca en todo el año 2020 un total de 1.376 defunciones. La Consejería de Salud del Principado, algunos cientos más. Que nadie se extrañe si esta cifra es menor que la de 1.448 reseñada antes, pues hablamos de periodos distintos, y este último dato incluye varios meses de 2021 con el coronavirus bastante activo (enero, febrero y marzo).

Los meses más devastadores. Desagreguemos números para entender lo sucedido con la mortalidad de 2020. Centrémonos en los datos de decesos de marzo, abril, mayo, octubre, noviembre y diciembre, momentos de máximo impacto del coronavirus.

A) En marzo de 2020, se computaron en Asturias, en total, 1.202 muertes: 63 más que en el mismo mes de 2019.

B) En abril de 2020, se registraron 1.353 defunciones: 289 más que en abril de 2019.

C) En mayo de 2020, se contabilizaron 1.125 muertes, 87 más que un año antes.

D) En octubre de 2020, se identificaron 1.137 defunciones, 134 más que en el mismo mes de 2019.

E) En noviembre de 2020, la gran hecatombe en Asturias: 1.699 muertes, quizá la cifra mensual más elevada en muchos años. De ellas, 595 se atribuyeron al coronavirus. En noviembre de 2019 habían fallecido en la región 1.115 personas, o sea, ¡584 menos en solo un mes!

F) Diciembre de 2020 también fue un mes negativo en relación a la mortalidad en Asturias: 1.408 defunciones. Esta cifra es superior a la de diciembre de 2019 en 240 muertos.

Mortalidad media, letalidad máxima. En una comparativa nacional, durante la pandemia, el nivel de mortalidad de Asturias por coronavirus fue intermedio: octavo puesto con mayor tasa de las 17 comunidades españolas. Pero registró el índice de muertos más alto en relación al número de infectados: lo que se denomina letalidad. Se trata del mayor baldón de Asturias en la pandemia. Según el Principado, pudo deberse a que la mortalidad en 2019 había sido muy baja y eso dejó a mucha gente en situación de extrema fragilidad a merced de cualquier factor externo agresivo, que llegó al año siguiente.

En 2021, mortalidad intermedia. Y esto es lo que, por el momento, puede decirse sobre el futuro de la gripe en Asturias tomando como referente el pasado reciente. Hasta el momento, la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) ha publicado datos de mortalidad hasta agosto de este año. Los correspondientes a 2020 y a 2021 son provisionales: aún no han sido confirmados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Hasta el momento, en esos ochos meses primeros del año se observa una caída de la mortalidad este año con relación al pasado (385 muertos menos) pero más que en 2019 (331 más). Como se ha reseñado, 2019 fue un año con una mortalidad en el Principado singularmente baja. Le siguió 2020 con una mortalidad catastrófica. ¿Cómo terminarán 2021 y el invierno que pronto tendremos entre nosotros?

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