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“Medio segundo puede cambiar tu vida y la de los demás”, avisan las víctimas de tráfico

Avata homenajea a las personas truncadas por los accidentes y advierte del aumento de siniestros por el alcohol y los atropellos a mayores

Día Mundial de las Víctimas de Tráfico: los duros testimonios de dos asturianos que sufrieron un accidente

Día Mundial de las Víctimas de Tráfico: los duros testimonios de dos asturianos que sufrieron un accidente L. Á V.

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Día Mundial de las Víctimas de Tráfico: los duros testimonios de dos asturianos que sufrieron un accidente Luis Ángel Vega

A Paúl Montiel, vecino de Gijón de 51 años, un conductor borracho le seccionó una pierna por el muslo y le dejó la otra con graves lesiones (llegaron a ponerle ochenta clavos) mientras cenaba en un puesto callejero de la avenida de Maracaibo de Caracas, en su Venezuela natal, hace casi treinta años, cuando él tenía 23. Su historia es un ejemplo del daño que puede causar una discapacidad, en su caso en la forma de hasta dos recaídas en el alcoholismo, pero también es un paradigma de superación, porque este hombre con una pierna artificial está ahora limpio y practica todo tipo de deporte, desde boxeo al exigente triatlón, y está a punto de sacar un libro, “El hombre de titanio”, el metal del que está hecha la prótesis que le permite seguir haciendo deporte a un alto nivel. Montiel participó este domingo en el acto organizado por la Fundación Avata de ayuda al accidentado, en colaboración con la Asociación de Moteros y Motoclubs de Asturias (AMMA), con motivo del día internacional en recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, que, por primera vez en un decenio, ha tenido que celebrarse en el parking del Carlos Tartiere después de que la Policía Local de Oviedo lo impidiese en La Escandalera.

Asistentes a la concentración, en Oviedo. Irma Collín

Junto a Montiel compareció el camionero gijonés José Manuel Rivero Leal, que arrastra graves secuelas después de ser arrollado por una máquina agrícola en la localidad burgalesa de Melgar de Fernamental, el 10 de julio de 2020. Gema Rodríguez, delegada de Avata en Asturias, resaltó que, en los últimos cuatro meses, están detectando “un aumento de los accidentes relacionados con el consumo de alcohol y también los atropellos, especialmente de personas mayores que cruzan mal la calzada”. Rodríguez recordó por otro lado que Avata ha exigido “psicotécnicos más duros parta las personas mayores que conducen”. En los actos participó medio centenar de moteros de diferentes asociaciones, entre ellas Asturguardianes, integrada por miembros de las fuerzas de seguridad, que partieron desde Colloto y se dirigieron hacia La Escandalera de Oviedo, pero fueron detenidos en la calle Uría y desviados al Tartiere.

“El hombre de titanio”, que va por su cuarta pierna artificial, tiene grabado el momento en que vio su pierna seccionada debajo de una mesa, tras ser arrollado. “Pensé que estaba en un sueño, no sentía dolor”, dice. Fue en el hospital cuando fue consciente de lo que había sufrido. “Toqué fondo, caí en el alcohol me divorcié de mi primera mujer. Fue complicado salir, no lo hubiese conseguido sin el apoyo de mi familia y sin que descubriese por qué quiero vivir”, señala Montiel, un hombre con “aptitud de guerrero” que volvió renacer. Durante catorce años vivió una vida sobria, aunque luego, debido a la represión política en su país y las consecuencias del exilio volvió a recaer. Tras pasar por Proyecto Hombre en España, pudo reconducir su vida, explicó, y volver a quererse para centrarse en el deporte y recuperar la dignidad.

José Manuel Rivero también requiere mucha de esa fuerza para encarar el día a día. Y es que, más de un año después del accidente que le dejó cinco días en coma, aún no está ni medianamente recuperado. “Estoy vivo de milagro”, confiesa este hombre que no ha podido volver a trabajar, puesto que no puede permanecer sentado o de pie mucho tiempo. Todavía hace tres meses descubrió que el accidente le había dejado rotos los ligamentos de una pierna, y además tiene el metacarpiano fuera del sitio, sin olvidar que debe aguardar si funcional el último injerto que le han hecho en un brazo. “Creo que el conductor, que era joven debía ir despistado. Hay que estar atento, no nos damos cuenta de las consecuencias. Medio segundo puede cambiar tu vida y la de los demás”, asegura este hombre que sufrió “dolores horribles: si me hubiesen pegado un tiro, me hubiesen hecho un favor. Pensaba que no iba a volver a caminar”.

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