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Aprobado casi general para los alumnos de la ESO de Asturias en el curso del covid

La región está un 5,8% por encima de la media nacional, donde a su vez hay un 5,3% más de titulados en Secundaria que el año anterior

Alumnos a la entrada de un Instituto.

Asturias es la región de España en la que se graduaron en ESO un mayor porcentaje de alumnos en el curso 2019-20, el año del covid-19. El 89,8% de la población que estaba en edad de acabar este nivel educativo lo hizo, un 5,8% más que la media nacional (84%), donde el porcentaje subió un 5,3 con respecto al curso anterior, previo a la pandemia, según los datos que ha hecho públicos el Ministerio de Educación.

Para Gumersindo Rodríguez, del sindicato ANPE, estos datos “son consecuencia inmediatas de las instrucciones que dio la consejería de Educación para que se valorara siempre en positivo a los alumnos” y para que “en caso de duda se optara por la decisión más favorable para el alumno”. En resumen, el representante del sindicato de educación asturiano considera que estos datos responden a “un aprobado general encubierto”. Rodríguez lamenta que se trasladara “la responsabilidad al profesor” de si los alumnos debían o no graduarse. Todo ello, continúa, responde a la intención del Ministerio de Educación de “acabar con el fracaso escolar por vía administrativa”, algo que, dice, se comprueba en la última ley educativa, la LOMLOE, “bajo la premisa falsa de que nadie se quede atrás”. Para el representante de ANPE, estas medidas hacen que la escuela deje de ser “un motor de ascenso social para los que menos recursos tienen”.

El hecho es que ese liderazgo de Asturias en el número de graduados en ESO se mantiene desde el curso 2014-15, cuando se graduaron un 86,2% de los alumnos, estando la media nacional en el 77,6%. Gumersindo Rodríguez señala que estos datos sí que respondían al “mérito de los alumnos” mientras que el ascenso del curso 2019-20 está más relacionado con la intención de “salir del furgón de cola del fracaso escolar” de una manera artificial.

Carlos Díaz, del sindicato CSIF Educación Asturias, rememora que su organización ya se posicionó “en contra de la aplicación de la Orden Ministerial EFP/365/2020 del 22 de abril (en la que se estableció el marco y las directrices de actuación para el tercer trimestre del curso 2019-2020) en cualquier parte del estado”. La razón es que, añade, era “de dudosa legalidad, dado que venía a permitir la promoción automática en un momento en que todavía estaba en vigor la anterior ley de educación y no la LOMLOE, que sí lo contempla”. Y es que, para Carlos Díaz, “sería ingenuo pensar que la aplicación del contenido de aquella orden no sea causa directa de la mejora de resultados, tanto en Asturias como en el resto del estado”.

Si bien, Carlos Díaz está de acuerdo con algunas de las modificaciones que trae consigo la LOMLOE: “CSIF ve positivos algunos cambios introducidos y no piensa que la repetición sea el único remedio para paliar el fracaso escolar”. Aun así, dice “que la promoción automática en cierta medida puede enmascarar el fracaso escolar”. La apuesta de CSIF pasa por medidas como “la bajada de ratios en las aulas” y “una mayor inversión”.

Tino Brugos, de SUATEA, por su parte, sostiene que “el profesorado no regaló los aprobados en el curso 2019-20”. “Había que buscar maneras de salvar un curso anormal de manera satisfactoria”, añade. En opinión del representante de SUATEA, lo que había que haber hecho “es reforzar las plantillas” el curso siguiente para “poder recuperar” lo del año anterior. Además, desde SUATEA señalan que en su momento insistieron mucho en que “el profesor tenía que ser un acompañante del alumnado”, teniendo en cuenta que en ese momento podían concurrir circunstancias personales muy complicadas por la situación que se estaba viviendo: “Si lo relacionamos con la que hay hoy en día, donde se acumulan trastornos mentales en el alumnado, podemos decir que el tiempo nos ha dado la razón”.

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