Trabajar en la prevención y mejorar el tiempo de respuesta ante los incendios forestales en una comarca con largos tiempos de desplazamiento por carretera. Esos son los dos objetivos que persigue el proyecto “Participación de la población rural en la prevención de incendios, autoprotección y protección de ecosistemas”, que servirá para formar a los vecinos de los núcleos rurales de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias para que puedan manejar la situación de emergencia, desde los primeros auxilios a labores de extinción, así como en la prevención de fuegos. La iniciativa está promovida por el grupo de desarrollo rural “Alto Narcea-Muniellos”, el Servicio de Emergencias del Principado (SEPA) y los ayuntamientos y ha recibido 10.000 euros en el marco de la convocatoria de ayudas al medio ambiente de Caixa-Bank, siendo el único proyecto seleccionado en Asturias.

“Pensando en la madrugada de octubre de 2017 en la que tuvimos que evacuar a vecinos de varios pueblos se me viene a la cabeza la imagen de una mujer de más de 80 años a la que tuvimos que picar en casa porque estaba profundamente dormida y su marido, también. Tuvimos que sacarlos porque el fuego rodeaba la casa en aquel momento en Larón y, precisamente eso, es lo que queremos evitar”, explicó ayer el Alcalde de Cangas del Narcea, José Víctor Rodríguez, en la presentación del proyecto en el ayuntamiento cangués.

Así, tras el trabajo de identificación y evaluación de las infraestrucuturas y tras analizar las posibles poblaciones vulnerables, a partir del mes de abril comenzarán con los talleres de autoprotección, primeros auxilios, prevención y defensa contra incendios y como realizar las comunicaciones de emergencia. La idea es crear una red de pueblos comprometidos con la lucha contra el fuego para “el mantenimiento del paisaje rural, la conservación de la biodiversidad y la calidad de vida de sus habitantes”.

Los agentes implicados en el proyecto en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea. | Reproducción de S. Arias Sara Arias

“La iniciativa es muy buena y para mí es una alegría, destacó el gerente del SEPA, Óscar Rodríguez, quien además de participar en el diseño de la iniciativa es vecino de Cangas del Narcea. Además, el responsable de los servicios de emergencia apuntó la idea de ampliar la zona de acción del proyecto formativo a Allande, donde “también tienen una gran problemática”. Y, tal y como detalló el regidor cangués, “la formación servirá también para que los vecinos puedan actuar ante un incendio en la cocina o por la mala combustión de una calefacción”.

Las sesiones formativas comenzarán el próximo mes de abril para llegar a 68 parroquias de los tres concejos, que suponen un total de 124.000 hectáreas, 394 pueblos y 14.212 habitantes. Se trata de una inmensidad de territorio en la que los desplazamientos de los servicios de emergencia se alargan con tiempos de respuesta, en algunos casos, de más de una hora. “Excesivos”, detalló Rubén Álvarez, uno de los bomberos del parque de Tebongo, en Cangas, que participa en el proyecto. “El objetivo es que tengan los conocimientos y nociones para saber qué hacer y cómo actuar para minimizar los riesgos y que nos dé margen para llegar con cierta garantía”, agregó.

Se trata de un territorio muy amplio en el que, en los últimos años, se han producido fatales y virulentos incendios forestales. Precisamente este miércoles el fuego amenazó la reserva de Muniellos. Los análisis realizados establecen que los incendios se ven favorecidos por la despoblación, el abandono de las tierras de cultivo y praderías y por el cambio climático. Tal y como se desprende del informe, “las transformaciones sociales y económicas acaecidas en las últimas décadas han generado un área rural caracterizada, además de por su dispersión geográfica, por el retraimiento y el envejecimiento poblacional y por el continuo abandono de las prácticas tradicionales agroganaderas, con las consecuencias sociales, económicas y medioambientales que ello supone”.