La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Restablecido el paso en la ruta del Cares tras colocar balizas en la zona argayada

Parques denegó por dos veces, en 2020 y 2021, una ayuda de 63.000 euros a un estudio científico sobre los desprendimientos en la senda

La zona de la senda del Cares afectada por el argayo, este jueves, tras la colocación de balizas.

La ruta del Cares ya está otra vez abierta a los caminantes. El paso de la senda por Culiembru, a 7 kilómetros de Poncebos, cortado el pasado miércoles por un argayo, quedó este jueves restablecido, según informó el alcalde cabraliego, José Sánchez. En la zona afectada por el desprendimiento se han colocado balizas que marcan el trayecto que deben realizar los viandantes. Las microvoladuras podrían ser la opción para acabar de retirar la totalidad del desprendimiento, pues a ese paraje no puede acceder la maquinaria precisa para resolver la situación.

Los trabajos de retirada de las rocas caídas han sido realizados por personal de la guardería del Principado y de las cuadrillas de obras del parque nacional de los Picos de Europa de Asturias y León, que han habilitado un sendero de un metro de ancho. El Gobierno asturiano recordó ayer que se trata de una ruta de montaña y existe riesgo desprendimientos, por lo que se recomienda precaución en el paso por la zona balizada.

Se da la circunstancia de que Parques Nacionales rechazó por dos veces un proyecto para estudiar el riesgo de desprendimientos en la ruta del Cares del que era investigadora principal María José Domínguez Cuesta, de la Universidad de Oviedo. La doble negativa del organismo autónomo, en 2020 y 2021, impidió elaborar una zonificación de la peligrosidad y riesgo asociados a la caída de rocas en la ruta. El proyecto fue rechazado pese a que solo le habría costado a Parques Nacionales 63.000 euros a gastar en tres años; esto es, 21.000 euros al año.

El proyecto, denominado “Diagnóstico del riesgo por caída de rocas en parques nacionales de montaña. Estrategias para mejorar la seguridad en sendas turísticas en un contexto de cambio climático”, proponía estudiar la ruta del Cares y otra senda en el parque de Ordesa (Huesca) y elaborar una zonificación de la peligrosidad y riesgo asociado a la caída de rocas que, además, pudiera extrapolarse a otros parques nacionales de montaña. Fue presentado por Domínguez y otros siete investigadores, seis de la Universidad de Oviedo y uno de la de Granada.

Satélites y drones

Para elaborar la zonificación, estaba previsto utilizar técnicas de satélite, drones e incluso datos de satélite y estaciones sísmicas; es decir, se iban a aplicar las técnicas de estudio más modernas que existen. Un investigador de la Universidad de Oviedo, visiblemente molesto, se preguntaba ayer si no habría sido mejor gastarse ese dinero “en salvar una vida y mejorar la seguridad de una senda por la que cada año transitan 200.000 personas y en la que son frecuentes los accidentes”. Y añadía: “Estoy muy cabreado con estos temas porque parece que los desprendimientos son un fenómeno divino, inevitable y desconocido, y nada más lejos de la realidad”, añadió este experto, que lamentó que el dinero que podría haberse destinado al proyecto asturiano se haya entregado a proyectos que son, a su juicio, “menos prioritarios”.

La investigadora principal, por su lado, destacó que la convocatoria de ayudas era “supercompetitiva, pues se presentaron más de cien proyectos, así que, aunque creíamos muchísimo en el proyecto, sabíamos que iba a ser muy difícil conseguir la ayuda”. No sabe si volverá a presentar el proyecto, pues la doble negativa de Parques Nacionales la ha desanimado “un poco”,

Domínguez subrayó que el proyecto no eliminaría los argayos, pero sí aportaría información capital para conocer los puntos donde existe más riesgo de argayos. “Aportaría una base sólida de conocimiento sobre cómo se distribuye la peligrosidad en la ruta”, señaló. Una información que contribuiría a “concienciar a los visitantes de que existe un peligro. Y la información reduce el riesgo”, añadió. Los investigadores estaban convencidos de que el estudio resultaría importante para el plan de autoprotección del parque nacional, en fase de elaboración.

El importe total dedicado por Parques Nacionales a las ayudas que negó al proyecto asturiano ascendió a 1,4 millones de euros, aunque el año pasado solo entregó a los adjudicatarios 1,2 millones, ya que el resto será abonado en 2025. Parques Nacionales concedió en la convocatoria del año pasado ayudas a diecisiete proyectos, ninguno impulsado desde Asturias, mientras que se las negó a 78.

Compartir el artículo

stats