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Cuarta muerte de un médico en activo en lo que va de año en la región

El fallecimiento de una doctora de la UVI móvil de la comarca oriental de Asturias se suma a los de Ramón Fernández (pediatra), Salvador Tranche (médico de familia) y Ángel del Couz (traumatólogo)

La UVI móvil, rumbo al HUCA. | LNE

Cuarta muerte, en lo que va de año en Asturias, de un médico en activo y sin problemas orgánicos de salud conocidos. Una doctora que ejercía desde hace años en la UVI móvil del área sanitaria VI (oriente de Asturias) fue hallada sin vida en la mañana de ayer domingo en su casa de Gijón. Tenía 61 años y era madre de dos hijos. “Era una trabajadora nata, una gran profesional siempre dispuesta a lo que se necesitase”, subrayaron sus compañeros. Tras la publicación de la noticia ayer, en la edición digital de LA NUEVA ESPAÑA, su familia pidió la máxima reserva sobre los hechos.

La noticia ha causado una profunda consternación en el colectivo médico asturiano. En primer lugar, por la desaparición de una compañera. En segundo término, por la sucesividad de muertes de facultativos –van cuatro– registradas en los dos meses que han transcurrido del año 2022.

El pasado 1 de enero fallecía Ramón Fernández, pediatra del área de Urgencias del Hospital de Cabueñes (Gijón), a causa de un infarto de miocardio a los 62 años. Y en lo que va de febrero se han contabilizado dos defunciones más. El pasado día 13 falleció Salvador Tranche, médico de familia del centro de salud del Cristo (Oviedo) y presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC), con 65 años, por una muerte súbita; y este pasado viernes Ángel del Couz, de 53 años, jefe del servicio de Traumatología del Hospital de Jarrio (Coaña).

Esta secuencia de defunciones resulta llamativa para muchos profesionales de la medicina. “Nos produce mucho dolor, pero también mucha extrañeza y preocupación. Es totalmente ilógica. No podemos perder de vista el estrés laboral que los profesionales sanitarios estamos sobrellevando en estos dos años de pandemia”, declaró ayer a este periódico Antonio Matador, secretario general del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA).

Raquel Rodríguez Merlo, responsable del SAMU, servicio que coordina las UVI móviles de Asturias, indicó que, a su juicio, “solo son tristes coincidencias temporales”. “Estamos consternados. Era una compañera muy querida por la gente de Urgencias”, indicó la doctora Merlo.

Cuando comenzó a funcionar la UVI móvil del área VI, esta cuarta fallecida era jefa del servicio de Urgencias del Hospital de Arriondas. Durante la pandemia de covid-19, intervino en el montaje del hospital de campaña de la Feria de Muestras de Gijón. “No damos crédito. Es una gran pérdida de una buena profesional y una buena persona”, señaló la jefa del SAMU.

Francisco Lozano Pajares, jefe del servicio de Urgencias /SAMU del área sanitaria VI, subrayó que su compañera “era una persona trabajadora y entregada a sus pacientes” y que su muerte significa “una pérdida importante para el hospital”. Y añadió: “Queremos transmitir todo nuestro apoyo a su familia”.

Muerte súbita: se parece al infarto, pero son conceptos distintos y requieren más estudios


La literatura médica más reciente define la muerte súbita como un fallecimiento inesperado que tiene lugar, en general, en la primera hora desde el inicio de los síntomas: o bien en las 24 horas siguientes en muertes no presenciadas. “Sin una autopsia, no es posible establecer la causa definitiva de una muerte súbita”, señala un médico especialista consultado por este periódico. Una puntualización relevante: no todas las muertes súbitas son de origen cardíaco, aunque es cierto que la afectación cardíaca representa un porcentaje elevado de las mismas. Entre la ciudadanía existe la percepción de que la muerte súbita es casi equivalente a haber sufrido un infarto de miocardio. En función de la edad, puede ser lo más probable. Sin embargo, entre los grupos de edad más jóvenes (especialmente en la población menor de 35-40 años), predominan las enfermedades cardíacas potencialmente hereditarias. Por otra parte, una muerte súbita puede haber sido originada por un ictus, un tromboembolismo pulmonar o una patología cardiaca no hereditaria, como puede ser una miocarditis. Como ya se ha indicado, solo una autopsia puede decir la última palabra. A partir de los 40 años, los infartos comienzan a ser la causa predominante de las muertes súbitas, pero no la única.

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