Las panaderías de Oviedo, entre la resignación y la subida de precios: “Algunos clientes lo entienden pero a otros les cuesta”

Algunos obradores de la capital han dejado de ofrecer productos como rosquillas por la subida del aceite de girasol que se suma al incremento del recibo de la luz y la carestía de la harina

Las panaderías asturianas ajustan precios para afrontar los costes: "Intentamos aguantar para que no bajen las ventas"

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VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Miki López

Valentina Quintero / Giselle Álvarez / Nuria Redondo

El precio de la harina, la subida del precio de la luz y el fuerte incremento en los combustibles. Un tridente fatal que ha llevado a las panaderías asturianas a subir el pan, un alimento básico en la dieta española. Un ejemplo de quienes han tenido que tomar esta drástica decisión es Pablo Gutiérrez, de la Panadería Estrella de Oviedo. Desde el 1 de abril este negocio de la capital cobra sus productos entre 5 y 15 céntimos más caros.

“El saco de harina ha pasado de costar 20 a 28 euros. A nosotros por ejemplo no nos afecta la subida de la luz porque no tenemos obrador pero tenemos que comprar el producto y traerlo desde Cangas del Narcea y es mucho más caro por la gasolina”, razona. No es el único que se ha tenido que apretar el cinturón. En Mi-Pan, un obrador de la capital, ya tuvieron que subir el precio de sus productos en noviembre. No pudieron aguantar el incremento del recibo de la electricidad. Hasta entonces llevaban tres años sin subir el precio. En este establecimiento le ponen cifras a su drama: la luz pasó de costar de 1.000 a 1.5000 euros más en un solo mes.

“Subió en nuestra época de mayor actividad, en Navidad, y nos afectó en Reyes”, cuenta Lorena Fernández, dependienta de Mi-Pan. El sector, aseguran, lleva ya varios meses muy complicados.

Juan Carlos Fernández, de la Panadería Quirós, añade un tercer problema a la situación actual de estos establecimientos: el incremento del precio del aceite de girasol por la guerra de Ucrania. “El precio del pan es libre, depende de los gastos del negocio pero a nosotros también nos afecta. Desde que nos subieron el aceite de girasol dejamos de vender rosquillas”.

Pero ¿qué piensan los clientes? “La opinión es variada. Mientras unos lo entienden a otros les cuesta”, argumenta Soledad González, dependienta de Casa Lupe, en la zona de Campomanes en Oviedo.

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