“El día que bajaba cantaba el cuquiellu en la majada de Caneru, así que esta ha sido la nevada del cuquiellu”. Así se llaman tradicionalmente en Asturias –algo que saben muy bien los mayores– a las nevadas de bien entrado el mes de abril, al coincidir estas con la llegada de los cucos. Dicen también que es señal de buena suerte escuchar cantar a estas aves migratorias, así que Sergio González Bada, responsable del refugio de la majada del Urriellu, a 1.690 metros de altitud en plenos Picos de Europa, puede estar contento.
Fue él quien escuchó al cuquiellu días atrás cuando dejaba el albergue al pie del Naranjo del Bulnes y que durante toda la Semana Santa ha estado lleno de montañeros animados ya a empezar la temporada y contentos con haber disfrutado de las últimas nieves.
“Una de las mejores tarjetas de presentación de cara afrontar el verano es la Semana Santa con la meteorología que ha hecho”, añade Bada, quien todavía esperará unas semanas más para abrir el refugio del Jou de los Cabrones, el más alto de Asturias a 2.034 metros de altura y, por tanto, prácticamente sepultado durante estos días. “Es pronto aún”, dice.
Pero como todo, lo que es bueno para unas cosas es malo para otras. Si no, que se lo digan a Teresa Mallada. La presidenta del PP de Asturias se tuvo que dar la vuelta en Madrid, en el túnel de Guadarrama, cerrado por la copiosa nevada caída este miércoles por la mañana. Ella misma contó en sus redes sociales que le resultaba imposible asistir al comité ejecutivo nacional de su partido debido al cierre de la autopista A-6, al igual que otras rutas alternativas.
La dirigente popular asturiana no fue la única. El recientemente elegido presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, también se tuvo que dar la vuelta junto con otros dirigentes. Todos han tirado de la tecnología para seguir la reunión por videoconferencia.
Las carreteras en el Principado también se vieron afectadas a primera hora de este miércoles, si bien la rápida actuación de las quitanieves permitieron que la circulación se normalizase rápido. Sólo hubo necesidad de usar cadenas en el puerto de San Isidro, tal y como informó el 112-Asturias. En la autopista del Huerna se pudo transitar sin mayores problemas, al igual que por el puerto de Pajares. En la carretera nacional se impidió durante parte de la mañana el paso de camiones y se obligó a los turismos a usar cadenas, unas normas que se retiraron ya pasado el mediodía.
A lo largo del día también se registraron intensas lluvias en la práctica totalidad de la región. Pajares, Cabrales y el Aeropuerto de Asturias fueron los puntos en los que se acumularon más precipitaciones. Los chaparrones también se hicieron sentir en Oviedo, Gijón o Avilés.
La previsión es que este mismo jueves la situación mejore. De hecho, se prevé una jornada sin lluvias y con las temperaturas al alza, sobre todo, en la Cordillera, tal y como anuncia la Agencia Estatal de Meteorología. No obstante, la situación empeorará al final del día y se prevé que de aquí al final de semana las lluvias y la nieve a cotas altas (por encima de los 1.400 metros) sean la nota predominante. También las tormentas ocasionales harán acto de presencia.
El día del coto, a esperar
Así las cosas, los ganaderos han tenido que cambiar sus planes de irse con las reses a los pastos de verano. Tradicionalmente la subida a la montaña de Covadonga está fijada para el 25 de abril, si bien no está claro que se pueda cumplir y el conocido como el día del coto lo más seguro que deberá aplazarse hasta que se retire la nieve.
Así lo avanza José Antonio García Álvarez, “Toño el de Mestas”, quien este mismo miércoles acudió al Ayuntamiento de Cangas de Onís para cerrar el censo de cabezas. “El 25 de abril es el día, pero dudamos de que alguien vaya a subir porque hay mucha nieve. Es imposible y no merece la pena. Habrá que esperar”, explica el regidor, quien todavía no maneja una cifra exacta del número de animales que llenarán este temporada estival los pastos de la montaña de Covadonga.
En las últimas temporadas el número de reses que subieron a los pastos de los Picos, en territorio de Onís y Cangas de Onís, rondó los 11.000, entre ganado mayor y reciella (o menor). Estos últimos (cabras, ovejas) se van a la montaña más tarde que las vacas. Este año, quizás, coincidan en su viaje.
