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El camionero gijonés de las cuatro guerras: ahora por Ucrania, antes por Bosnia, Kosovo y Afganistán

Alberto Fernández viaja a Polonia para llevar material a Ucrania: “Es grato ayudar”

Alberto Fernández Puerta en el camión durante su viaje a Polonia

Bosnia en el 92, Kosovo en el 99, Afganistán en el 2003, y Ucrania en el 2022. Ese es el bagaje del transportista y escritor gijonés Alberto Fernández Puerta, quien acaba de realizar un viaje en tráiler hacia la frontera polaca para llevar ayuda humanitaria procedente de Asturias al país invadido por Putin. Fueron tres días de viaje y casi 3.000 kilómetros en los que, aunque no presenció en primera persona los horrores de la guerra, sí que pudo palpar el ambiente que se vive a las puertas de la Unión Europea. “Haber podido ayudar a la gente que sufre, dentro de mis posibilidades, es un orgullo”, destaca.

Fernández Puerta lleva un tiempo jubilado, pero nunca ha dejado del todo el mundo del transporte. Buen conocedor del universo camionero, no estuvo solo en esta historia. Tienen una importancia capital en el relato dos ONG. La primera, Alendar Asturias, fue la que se encargó de recoger el material humanitario. Esta entidad, al no tener quien portara los víveres a Ucrania, pidió ayuda. Ahora entra en escena la segunda organización. Se trata de Ucrania Exprés, de Mieres, que ya llevó material al país presidido por Volodímir Zelenski. Esta entidad contactó con un tercer actor implicado, una empresa. Se trata de Transportes Menéndez, una firma afincada en Jove, en Gijón. “Nos reunimos y sacamos el viaje hacia adelante”, resume Fernández Puerta.

El gijonés tampoco estuvo solo en su periplo de 3.000 kilómetros. Estuvo acompañado por José Iglesias Prieto, al que todo el mundo conoce como “Josín”, uno de los choferes de Transportes Menéndez. Entre los dos partieron hasta Soto de Cangas y Posada de Llanes, que fueron las dos localidades en las que Alendar recogió material humanitario. En esos dos puntos, cargaron hasta los topes un tráiler nuevo con 14 toneladas de provisiones. “El camión tiene capacidad para más, para 25 toneladas, pero nosotros íbamos llenos”, apunta Fernández Puerta. Tras esto pusieron rumbo a Polonia el 29 de marzo. Llegaron, tras tres días de viaje, a Lublin, a pocos kilómetros de la frontera con Ucrania. “Tuvimos que descargar en un almacén porque el camión que venía a recogernos tuvo un problema y no pudo llegar”, explica el transportista.

La historia tiene un último fleco. Se da la circunstancia de que en Lublin, a sus afueras, se encuentra el campo de exterminio nazi de Majdanek. La instalación está prácticamente igual a como se la encontraron las tropas soviéticas en 1944. En ese lugar, monumento a la sinrazón, murieron miles de judíos. “Comprobar lo que allí sucedió y pensar que a pocos kilómetros está ocurriendo una desgracia como la de la invasión de Ucrania nos dejó el corazón encogido”, zanja Fernández Puerta.

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