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La nueva convivencia con el coronavirus

El covid obligó a retrasar 4.400 operaciones de traumatología en los hospitales públicos

Las listas de espera de patologías tan invalidantes como las de rodilla y cadera han aumentado hasta un 75% en los dos años de pandemia

La presión ejercida por el coronavirus sobre los hospitales públicos de la región impidió realizar unas 4.400 intervenciones quirúrgicas de traumatología en los años 2020 y 2021. Este dato convierte a esta especialidad en la más castigada por la pandemia de covid-19. La consecuencia es un aumento relevante –de hasta el 75 por ciento– de las cifras de pacientes en lista de espera para recibir prótesis de rodilla y cadera. Estas demoras crecientes implican para los enfermos abundantes molestias y un severo deterioro de la calidad de vida. Una parte de los pacientes afectados por estas demoras decidieron acudir a la sanidad privada. Otros, la mayoría, no han tenido más remedio que resignarse y esperar.

“Hay que tener en cuenta que las patologías que tratamos están muy vinculadas al dolor y a la limitación funcional. Por eso las demoras son sensibles. Además, en muchas ocasiones no se dispone de tratamientos farmacológicos que puedan paliar los problemas que ocasiona el retraso de una cirugía”, explica Alejandro Braña, jefe del servicio de Traumatología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El doctor Braña añade una puntualización: excepto en las semanas de confinamiento domiciliario, la tónica habitual en los servicios de traumatología fue “mantener las consultas ambulatorias presenciales, y eso provocó que continuara un ingreso constante de pacientes en la lista de espera, con el consiguiente engrosamiento de las mismas”.

Según los datos que ofrecen la Consejería de Salud y el Ministerio de Sanidad, en los últimos años vienen realizándose en los centros públicos de la región en torno a 12.000 intervenciones traumatológicas. En 2019 se había llegado a 12.079. Enero y febrero de 2020 llevaban un ritmo similar. Pero en marzo irrumpió el coronavirus y, a partir de mediados de ese mes, se suspendió toda la cirugía que no fuera oncológica o urgente. Este criterio suele perjudicar a buena parte de los enfermos traumatológicos, pues sus padecimientos pueden resultar bastante o muy invalidantes, pero raramente sus intervenciones adquieren la categoría de vitales.

El balance final de 2020 fue de 8.816 cirugías traumatológicas, lo que supone una reducción de 3.263 con relación al año anterior. En todo el mes de abril de ese año sólo se practicaron 241 intervenciones, una cifra históricamente baja que se circunscribe a las etiquetas ya citadas: oncológicas o urgentes. Al año siguiente, en 2021, los traumatólogos de la región llevaron a cabo 10.758 operaciones, es decir, unas 1.200 por debajo del balance anual habitual.

En los primeros compases de 2022 se está observando una recuperación de la actividad habitual previa a la pandemia, en particular desde el pasado mes de marzo.

A lo largo de la pandemia de covid-19 ha habido momentos más favorables para recuperar actividad quirúrgica. Sin embargo, de estos intervalos pudieron aprovecharse con más frecuencia las cirugías ambulatorias, esto es, las que no requieren ingreso hospitalario y no aumentan la presión sobre las plantas. Las intervenciones para implantar prótesis de rodilla y de cadera no cumplen este requisito. Eso explica, en parte, que en la actualidad haya 1.213 asturianos esperando por una prótesis de rodilla, un 60 por ciento más que a finales de 2019 (cuando eran 762); y 1.059 pacientes pendientes de una prótesis de cadera (un 76 por ciento más que a finales de 2019, cuando el dato era de 601).

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