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Entidades de ayuda a ucranianos piden más implicación del Principado: “No dan soluciones”

“Parece que la guerra ya acabó”, lamentan las organizaciones, que aprecian fallos en el sistema de acogida y reclaman apoyo económico para los refugiados

Llegada de la primera familia de refugiados ucranianos a Asturias. Ángel González

“Para muchos, la guerra de Ucrania está cayendo en el olvido. Parece que acabó hace un mes”. Es el lamento que realizan organizaciones que apoyan a refugiados ucranianos en Asturias, con especial carga hacia el Principado y el sistema autonómico de respaldo a desplazados, canalizado a través de la ONG Accem. Estas entidades denunciantes, que han acogido por su cuenta a personas que huyeron de la guerra o realizan recogidas y otras tareas de apoyo para quienes llegan a la región, demandan una mayor implicación del Gobierno regional y denuncian fallos en el sistema oficial.

Álex Vdovenko repite una y otra vez la palabra “muros” a la hora de explicar lo que se encuentra cuando acude a pedir ayuda urgente al Principado. Es portavoz de Inicia Foundation y él mismo sabe lo que es escapar de su tierra por el temor a la guerra. “Sé lo que es empezar a vivir de nuevo, necesitas que alguien te apoye. Y a veces afecta mucho a la situación psicológica, y cuando no te atienden o te atienden mal te desanimas. Yo tenía en Lugansk –territorio del este de Ucrania que lleva años bajo el conflicto entre prorrusos y Ucrania– empresas de construcción y muebles. Perdí toda las maquinaria, cambiaron las fronteras, en una explosión todo se quemó, quebraron los bancos... Y hace seis años me moví a Kiev. Allí creamos una ONG para ayudar a gente desplazada dentro del país. Pero mis padres siguieron allí. Hasta que decidimos venir hace cinco años a España y, tras pasar por Valencia, acabamos en Asturias”, cuenta este ucraniano de 34 años. En el Principado ha seguido con su labor altruista a través de Inicia Foundation, una organización ahora volcada al cien por cien con la situación del pueblo ucraniano. “Ya cuando hicimos los estatutos pusimos entre los objetivos que éramos una organización por la paz y contra la guerra nuclear... Y no estábamos tan desacertados”, lamenta.

Sus desvelos pasan ahora por lograr que la instituciones asturianas no se olviden de los refugiados ucranianos. “Les contamos lo que se necesita. En el Principado siempre dicen que ‘sí, sí, sí’. Escuchan, pero al final, nada; no dan soluciones”, lamenta Vdovenko, que agrega: “Probamos a hacer todo nosotros, con lo poco que tenemos, y ellos, con más poder y posibilidades, nada. Hacemos mucho más nosotros con nuestras limitaciones”.

El portavoz de Inicia Foundation cree que “el sistema de acogida a refugiados funciona fatal aquí”. Y, en un castellano que maneja con cierta dificultad, se explica: “A todo nos dicen que vayamos a Accem. Pero vamos y no hacen caso de casi nada. Tienen su programa de refugiados antiguo, pero de ahí no les sacas. Alguna gente vino por iniciativa de amigos, tienen casa pero no tienen ingresos ni nada para comer. Fuimos a Accem con este problema, para que ayudasen con alimentos. Pero nada. Ellos nos dicen que tienen su programa y que o todo con ellos o nada. Llega gente con sus miedos o circunstancias, y separan a amigos o familiares. Y si son amigos, lógicamente quieren estar juntos. Pero ellos dicen que o se alojan donde les mandan ellos, o nada. Si los refugiados no entran en los requisitos y planes que ellos tienen, no los quieren atender”.

Vdovenko cuenta que está llegando gente con problemas de salud. “Hace unos días llegó un chico soldado que perdió un ojo en la guerra. Y solo nosotros, con la ayuda de una fundación médica privada, pudimos ayudarle con su problema”, explica. Y encadena algún ejemplo más: “Una chica vino con coronas de dientes temporales, necesita cambiarlas. Y no nos dan solución para su caso”. Su situación es tal que desisten, si pueden, de acudir a los servicios públicos. “Todo son muros. Y no tenemos tanto tiempo y paciencia para intentar romper una y otra vez esos muros. Somos voluntarios y cada persona tiene su trabajo y sus cosas”, señala.

Expoacción fue la primera ONG que, aprovechando la logística de su viejo programa de intercambio con ucranianos, acogió refugiados en Asturias. Se adelantó, ante la urgencia de la situación, a la acción autonómica y las ONG que forman el cauce oficial. Ahora, que ellos ya no pueden acoger más desplazados y están al límite de su capacidad, les siguen llegando necesidades de desplazados que llegan a Asturias. Y no ven la actitud correcta desde la administración.

“La mayoría de refugiados que acogen a través de Accem están en hoteles, con servicio de comida y lavado de ropa. Y de ahí no salimos. Intentamos que se les diese una ayuda monetaria unos meses para que esta gente vaya saliendo, porque aunque les ayudemos con los bienes de primera necesidad, tienen otros gastos de transporte y otras cosas. Primero nos dijeron que era un tema que se discutía a través de Europa, al final que se estaba estudiando, y ahora no se está dando nada”, lamenta Jorge González, presidente de Expoacción.

González lleva tiempo lamentando la lentitud de “la burocracia y papeleo” de la Consejería y del cauce oficial de acogida, y cree que tener en hoteles durante demasiado tiempo a los desplazados de Ucrania no es la mejor opción. “Sabemos de familias que vinieron por sus propios medios que se han ido a Alemania porque daban ayudas económicas, otra familia se fue a Irlanda por lo mismo. Sería imprescindible unos meses de ayuda para que está gente pueda salir adelante. Lo que se necesita ahora mismo es integrarlos, y para eso no pueden estar metidos en un hotel o en un lugar parecido. Cuando el conflicto acabe, algunos volverán, pero otros no. Hemos detectado que están llegando por su cuenta familias de Mariupol, ciudad que está destrozada. Y nos cuentan que los que se van a Kiev se encuentran con que no hay trabajo de nada. La gente quiere aguantar aquí pero esperaban algo más de apoyo, y las ayudas no están llegando. Nosotros les damos de todo, pero muchas asociaciones hemos dicho lo mismo: hace falta ese estímulo económico que puede llegar desde el Principado”, explica.

El presidente de Expoacción tiene constancia de “mucha gente” que ha llegado al margen del sistema oficial. “Ya perdí la cuenta”, puntualiza. También de una pareja que han separado al llegar alojándolos en Oviedo y Gijón. Y, como ejemplo de la falta de respaldo público, denuncia una situación: “¿Cómo puede ser posible que se les esté cobrando tasas por sacar la documentación? 16,08 euros por los papeles de extranjería… A nosotros eso nos supuso ya 4.000 euros. Si ya les cobramos las tasas sabiendo en qué condiciones vienen, de las ayudas que pedimos ya ni hablamos”.

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