El Xiringüelu vuelve tras dos años de parón por la pandemia con más fuerza que nunca. Ni tener que pagar una entrada (una de las novedades de este año), el calor o los problemas de abastecimiento de hielo han podido parar a los romeros, que desde primera hora de la mañana han ido ocupando el prao de Salcéu.
Aunque han sido muchos meses sin Xirin, hay cosas que no se olvidan y tradiciones sagradas, como la inauguración de la peña El Ahorcao, una de las más veteranas de la romería. Decenas de personas se congregaron frente a ella y cantaron el himno de Asturias. Agustín Carbayo, miembro de la emblemática peña, afirma que el secreto de la fiesta es "que acogemos cada año a todo el mundo con los brazos abiertos. Da igual de dónde sean, hay empanada y sidra para todos. El secreto es que el Xiringüelu es la fiesta de la juventud de cada época".
El alcalde de Pravia, David Álvarez, ha querido recordar que la romería cuenta con un importante despliegue de seguridad. "Es el más importante de las fiestas del norte de España, creemos que el esfuerzo merece la pena para intentar la seguridad de los romeros". Álvarez también ha querido dejar claro que respeta la decisión de cobrar entradas, igual que lo es separar a los romeros por zonas para que "se pueda disfrutar también de manera tradicional está romería que tiene 80 años y hay que respetarlo".
Lo fundamental es pasarlo bien y así lo señala el portavoz de la Cofradía, Higinio Iglesias: "Hay que disfrutar lo máximo posible, con la esencia del Xiringüelu: pasarlo bien, compañerismo, relaciones, hospitalidad praviana".
Los romeros disfrutan de una fiesta segura. En el prao hay habilitado un hospital de campaña, una zona de urgencias, tres puestos médicos y seis puestos de enfermería (compuesto de 6 enfermeras y 20 técnicos). Los equipos de emergencias también disponen de un vehículo de intervención rápida, una ambulancia 4x4 y una UVI móvil para atender a pacientes críticos. Este año, además, hay establecido un protocolo de sumisión química por si se produjese algún pinchazo. El último año en el 19 se atendieron cerca de 500 personas, lo más frecuente son heridas, contusiones, traumatismos y después intoxicaciones.
La Cofradía del Xiringüelu, que organiza la fiesta, estima que en el prao de Salcéu se dan cita unos 30.000 romeros.
