Motores económicos de asturias

El Fondo de Transición Justa, una gran oportunidad para Asturias

El 70% de los fondos se destinará a la descarbonización de la industria y a promover la economía circular, proyectos tractores, energías renovables y desarrollo de las pymes

Un parque eólico marino. |  | LNE

Un parque eólico marino. | | LNE / M. R. M. R.

M. R.

La Comisión Europea aprobó este mes el Plan Territorial y el Programa Operativo del Fondo de Transición Justa (FTJ) de España 2021-2027, dotado con cerca de 869 millones de euros, de los cuales casi 263 millones de euros, un 30%, corresponden al Principado de Asturias.

La aprobación de estos documentos era el requisito necesario para acceder a los recursos del Mecanismo de Transición Justa, cuyo objetivo es prestar apoyo a los territorios que se enfrentan a los retos socioeconómicos graves derivados del proceso de transición a la neutralidad climática. Desde este momento, la Administración regional, las entidades locales y el conjunto del tejido empresarial asturiano podrán acceder a los tres pilares del Mecanismo: un régimen específico en el marco del programa "InvestUE", un mecanismo de préstamo para el sector público con el Banco Europeo de Inversiones para movilizar inversiones adicionales en favor de las regiones afectadas y, sobre todo, el Fondo de Transición Justa (FTJ).

El Plan Territorial y el Programa Operativo son el fruto de los trabajos y negociaciones desarrolladas conjuntamente, a largo de los últimos años y en especial los últimos 12 meses, por los gobiernos de todas las comunidades autónomas implicadas y por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través del Instituto para la Transición Justa (ITJ), que ha prestado en todo momento su apoyo y colaboración y compromiso con las comunidades autónomas en este trabajo.

El marco de actuación del FTJ del Principado de Asturias está alineado con políticas de descarbonización de la Unión Europa, y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2023. Así mismo, en su elaboración se ha tenido muy presente el proceso de partenariado, con los resultados de la Comisión Mixta para evaluar el Impacto de la Transición energética en Asturias, así como con la Estrategia de Transición Energética Justa, y la consulta específica que recoge la participación de los agentes sociales y económicos (mayo 2022).

Este fondo permite para Asturias una tasa de cofinanciación del 70%, un 10% más que otros fondos, como el Feder; por ello, el gasto total a certificar por Asturias ascenderá a unos 375 millones de euros. Además, se estima que esos 263 millones de euros apalanquen inversiones por al menos 650 millones de euros, apoyando a unas 1.500 empresas y generando y/o manteniendo al menos 2.400 empleos. Estos fondos se canalizarán, principalmente, mediante convocatorias de subvenciones de concurrencia competitiva en las que se priorizarán operaciones que incluyan actuaciones de formación para personas trabajadoras y/o población local y actuaciones en las zonas de Transición Justa.

Una de las cuestiones más relevantes del FTJ es que, bajo ciertas condiciones, pueden recibir su apoyo las instalaciones sujetas al mercado europeo de emisiones de carbono y las grandes empresas para inversiones productivas, hasta un máximo del 15% y el 30% de los fondos totales, respectivamente. Para optimizar los recursos el Fondo de Transición Justa se articula en seis subprioridades:

  • Transformación ecológica de la industria, la movilidad sostenible, la economía circular y la eficiencia energética.
  • Impulso a la cadena de valor de las energías renovables, el autoconsumo, el almacenamiento energético y el hidrógeno renovable.
  • Impulso a pymes y proyectos empresariales tractores para la diversificación económica de los territorios.
  • Fomento de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), la integración de las TIC y la transformación digital.
  • Rehabilitación ambiental, conservación de la naturaleza, biodiversidad y ecosistemas, promoción del patrimonio histórico y cultural relacionado con la minería y la industria, y fomento del turismo sostenible.
  • Impulso a infraestructuras sociales, la economía social e iniciativas de formación y cualificación. Un 70 por ciento del Fondo se destinará a las tres primeras líneas, a impulsar esa transformación de la industria, y en apostar por la economía circular, las energías renovables y su cadena de valor y las pymes y proyectos empresariales tractores para la diversificación económica de los territorios. En el Proyecto de Presupuestos de 2023 se han presupuestado ya los primeros 14 millones de este fondo.

Las seis líneas del Plan

El apoyo a la transformación de la industria hacia una economía hipocarbónica representa una oportunidad para reducir la factura energética regional cumpliendo con los objetivos medioambientales; la eficiencia energética, la economía circular, las energías renovables y el almacenamiento energético son los cimientos sobre los se sustentará esta transición verde. La creciente demanda de soluciones energéticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, que faciliten la transición industrial hacia una economía hipocarbónica, la electrificación de la economía y la necesidad de garantizar la calidad y seguridad del suministro eléctrico en un mix energético más renovable, debe aprovecharse como una oportunidad de diversificación e impulso a nuevas cadenas de valor. El hidrógeno verde se posiciona como vector energético líder en esta transición, como operación de importancia estratégica del Programa Operativo la Cadena de valor del Hidrógeno renovable para la reactivación, competitividad y descarbonización (H2 ReCoDe, pues el proyecto Hydeal va por la vía de los PERTE): generación, almacenamiento, transporte y utilización en diversos sectores de difícil descarbonización. La diversificación del territorio debe plantearse en base a la estructura económica actual y la experiencia en el sector minero-energético, dejando la puerta abierta a modelos de negocio totalmente disruptivos. La demanda de soluciones tecnológicas que contribuyan a la transformación ecológica y digital es una oportunidad para diversificar. Tampoco debe perderse de vista el potencial de las zonas rurales y la importancia de los recursos agroalimentarios y forestales.